Nadal gana y espera en semis por Federer o Del Potro
El español pasó por encima del joven ruso Andrey Rublev en una hora y 36 minutos. Le rompió siete veces el saque. Solo cometió 20 errores por los 43 de su rival.
Rafa Nadal se ha puesto serio, muy serio, el día que tocaba. A las puertas de las semifinales donde podría cruzarse por primera vez en el US Open con Roger Federer. Con una facilidad quizá inesperada por como venía jugando, el español ha pasado por encima de Andrey Rublev, un jovencito de 19 años que ha pagado la novatada ante el mejor Nadal de lo que va de torneo: 6-1, 6-2 y 6-2 en una hora y 36 minutos. El efecto rodillo, al que se refería el de Manacor en cada rueda de prensa que había ofrecido en Flushing Meadows, apareció con furia y se llevó por delante a la perla rusa de la NextGen que entrena en Gavà el exjugador Fernando Vicente. Rafa espera rival para el viernes. Saldrá del partidazo entre Federer y Juan Martín del Potro que se juega esta noche.
No estaba para bromas Nadal, que nunca se había enfrentado a Rublev pero que le conocía desde hace tres años cuando se entrenó con él en Manacor. Ese día se dio cuenta de los "castañazos" que pegaba el muchacho, impropios de su edad (tenía 16 años). Pero como se suele decir, la potencia sin control no vale. Y a Andrey le sobra pegada pero le falta paciencia. Desde el inicio se le vio inquieto, queriendo terminar los puntos por la vía rápida para no entrar en largos peloteos con un especialista en esas lides. Así se apuntó un break. Pero enseguida se encontró con un Nadal magnífico al resto y tan resolutivo o más que él (21 golpes ganadores suyos contra 18 del chaval). Y por si fuera poco, Rublev tuvo que lidiar con los notables saques de su contrincante (84% de puntos ganados con el primer servicio).
El primer set lo ventiló el balear en 23 minutos con tres roturas. El segundo, se lo llevó con otras dos y algo más de oposición. Y en el tercero calcó el esquema para cerrar un cómodo triunfo, el más cómodo suyo de lo que va de US Open. Así continúa de lleno en el pulso por el número a la espera de lo que haga Federer.