Conor McGregor noquea a Mayweather en el pesaje
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El nuevo combate del siglo, que se celebrará la madrugada del sábado (05:00 en España, beIN y OpenSport) tuvo su preludio en un pesaje multitudinario. Casi 20.000 personas para ver subirse a Floyd Mayweather y Conor McGregor a una báscula. El speaker de Showtime, Jimmy Lennon Jr., gritó su nombre y la electricidad invadió el ambiente. El T-Mobile atronó. Una ceremonia pagana, una locura, simplemente para ver a dos gladiadores subiendo a una báscula. Brutal.
El combate, sólo con el estrambótico 'Cinturón del Dinero' del CMB en juego, se pactó en las 154 libras (superwelter, 69,85 kg.). El estadounidense marcó 149 (67,8 kg) y el irlandés, 153 (69,3 kg). El de Grand Rapids dio ventaja con el peso, por lo que su baza estará en la velocidad. Ligero de piernas y cintura, como siempre.
Pero McGregor noqueó sobre la báscula, porque en casa de Floyd, ganó su público. A 'Money' se le recibió con abucheos. "¡Las Vegas es hoy nuestra!", inflamó a la grada el dublinés. "Atropellaré a Mayweather porque mañana subiré al ring con 170 libras", amenazó.
Mayweather, provocador, se pesó con un calzón y unos calcetines verde-Irlanda y entró al recinto bajo los acordes de un inglés, Phill Collins y 'The air tonight'. Y se le vio contrariado por el ambiente hostil. "He estado en esta situación muchas veces, y sólo estaremos sobre el ring él y yo. El peso no gana las peleas. Apunten, este combate no llegará al final. Va a ser el último de McGregor", espetó el autodenominado 'The Best Ever'.
Un pesaje que sonó a rap y hip hop, con artistas como Cardi B, hija del Bronx. La música que ha movido la ambición y la carrera de Floyd Mayweather. El toque futbolero o rugbístico lo pusieron los aficionados 'irish' que se hicieron notar (mucho) en la grada. El color verde de sus camisetas y las banderas de Irlanda pusieron el color y sus gargantas, la pasión. "¡Floyd Mayweather, ten cuidado, que los irlandeses han llegado!", corearon.
Las Vegas acoge estos días, según estimaciones de medios de comunicación irlandeses, a 20.000 fans de McGregor, muchos sin entrada. El luchador de la UFC es su 'working class hero', el fontanero que dejó la caja de herramientas para triunfar en el octágono.
En los aledaños del T-Mobile Arena, un recinto con capacidad para 20.000 espectadores, funcionó la reventa. Las entradas, que eran gratuitas pero había que solicitarlas previamente o haber comprado una asiento para el evento, eran ofrecidas por hasta 100 dólares (unos 85 euros). Los seguidores el 'Money Team' lucieron mucho oro y alguna camiseta con el 50-0, la cifra de victorias con la que se retiraría 'Pretty Boy' en caso de derrotar a McGregor. Los seguidores del de Dublín lucían otras con 49-1. Y ganaron. Noquearon en el pesaje.