Nibali gana, Froome es líder y Chaves acecha a 11 segundos
El italiano enlazó en el último kilómetro y ganó la etapa, tras descolgarse en La Comella. El maillot rojo es para el británico. Contador cedió 2:34.
Nos situamos en el kilómetros 145 de la etapa, a sólo 13 de la meta. El sprint intermedio está situado en Andorra la Vella. Hasta llegar ahí, el pelotón ha tenido que subir los dos primeros grandes puertos de la Vuelta: La Perche (19,5 km al 4,8%) y La Rabassa (13,3 km al 6,8%). Hay escaramuzas, con una escapada de ocho corredores en la que, como casi siempre, se mete De Gendt. Un clásico. La Rabassa se toma las primeras víctimas: Rubén Fernández y Marc Soler, los dos jóvenes que aspiraba a liderar el Movistar. Una pena: la Vuelta y el ciclismo español necesitan su frescura.
Así llegamos a ese sprint. El equipo UAE prepara la llegada. Y de repente… Zas. Froome aparece por la derecha, cruza primero y se embolsa los tres segundos de bonificación. La cosa está clara: quiere el maillot rojo. Hace dos años, camino de Andorra, el africano sufrió una caída y tuvo que retirarse al día siguiente. Un desquite especial.
El siguiente capítulo se encadena sin pausa. Después del sprint arranca la última subida. Es el puerto menos duro de los tres, La Comella (4,3 kilómetros al 8,6%), pero las piernas ya duelen. Por las ascensiones anteriores, por el viento del día anterior… El Sky toma la cabeza a un ritmo brutal. Los ciclistas se comienzan a descolgar. Una escabechina. Entre los gallos se queda Contador. No va. También Zakarin, Kruijswijk… El grupo de cabeza se reduce a una decena de corredores. Los elegidos.
Froome no ofrece ningún descanso. Y ataca con dureza. Este año ha cambiado su preparación porque quería llegar más fresco a la Vuelta. Eso aparenta. Sólo un ciclista logra responder a su latigazo: Esteban Chaves, un colombiano abonado a la Vuelta a España. Chaves había jugado al despiste en los días previos, decía que venía fatigado, que acabó muy mal el Tour… Para nada. Ambos coronan juntos. Por detrás, Aru y Bardet, otros dos grandes protagonistas de la Grande Boucle, han logrado descolgar a Nibali, que no cuenta la pedalada.
Aru y Bardet se lanzan en el descenso a la caza de Froome y Chaves (sexto en la general a 11 segundos). Cuatro buenos bajadores. Se agrupan. Ya están en Andorra la Vella. Desde hace un rato, las apuestas sólo apuntan al cuarteto. Que si Chaves es muy rápido, que si ojo con Bardet, que si Froome quiere también la etapa… Entran en el último kilómetro. Y entonces la película cambia por completo. Llega un quinteto a su altura con Nibali, con De la Cruz, con Roche, con Van Garderen, con Pozzovivo… El ‘Tiburón’ está enrabietado. Ni se lo piensa. Lanza su ataque lejano, mortífero. Y gana la etapa. Su remontada es un mensaje a sus rivales: estoy vivo.
En segunda posición cruza De la Cruz, ganador el año pasado y maillot rojo en el Naranco. No puede con la etapa, también tenía ilusión por llegar de líder a su Cataluña natal. Pero se reivindica a sí mismo y al ciclismo español, justo el mismo día que Contador se ha hundido, que ha llegado a dos minutos y medio. De la Cruz se coloca segundo en la general, a dos segundos de su futuro jefe en el Sky, Froome, que se enfunda el maillot rojo gracias a su tercera posición, que le ha dado otro cuatros segundos de bonificación. El rey ya está en el trono. Pero hay Vuelta. Y muchos nombres propios.