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Terence Crawford y Julius Indongo durante el pesaje previo a su combate.
WBA Boxing

Bernard Hopkins (en dos ocasiones) y Jermain Taylor esperan a un nuevo compañero en el olimpo del boxeo. Son los únicos púgiles en la historia que han logrado alzarse con los cuatro cinturones mundiales de un mismo peso. Este sábado, Terence Crawford (31-0, 22 KO) y Julius Indongo (22-0, 11 KO) quieren convertirse en el tercero en hacerlo. Será la cuarta vez que se produzca un combate de esas características desde 1988 (año de fundación de la Organización Mundial de Boxeo). De nuevo la historia se vuelve a dar cita en un ring.

Los dos aspirantes a tocar el cielo del noble arte han tenido carreras muy diferentes, pero han demostrado la calidad suficiente para ofrecer un espectáculo digno al pleito en el que se miden. Crawford es el favorito para llevarse la victoria, no sólo por su excelsa técnica, también por el mayor nivel de rivales que ha tenido a lo largo de su carrera deportiva. Hasta el momento no ha encontrado un boxeador que haya conseguido ponerle en aprietos... y Julius Indongo quiere tomar ese papel. La tensión en alta, y en el pesaje casi comienzan el primer asalto.

El namibio era un desconocido hace un año, pero su descubrimiento ha sido un activo muy jugoso para el boxeo. En diciembre peleó por primera vez fuera de su país, sorprendió con un KO en menos de un minuto y se convirtió en campeón del mundo. Su confirmación llegó en abril, cuando vapuleó a un veterano y experimentado púgil como es Ricky Burns, en su casa, para sumar su segundo cinturón. Ahora, sólo ocho meses después de su eclosión, vive la tercera pelea con título mundial en juego en una posición muy diferente.

Su guardia zurda, amplia envergadura y buen juego de pies hace que sea un rival muy escurridizo para sus rivales. Eso sí, no ha demostrado todavía su nivel cuando un rival le arrincone y no tenga posibilidad de escapar. Esa debe ser la táctica de Crawford: atacar para suplir su menor envergadura (tres centímetros menos) y percutir con dureza. La estrategia no pillará a 'Bud' de nuevas, ya que es lo que suele hacer. El estadounidense es un auténtico rodillo, no se cansa de lanza manos, con gran rapidez, y acaba aplastando a sus rivales. No lo hace por una tremenda pegada, sino por una repetición que inflige un castigo mucho mayor. Los estilos son diferentes, sus vidas también, el objetivo el mismo: hacer historia.