Se va el más grande: Usain Bolt
Hace un par de días me reencontré con una foto que me abrió una sonrisa. En ella posaba junto a otros tres compañeros de AS, Juanma Bellón, Ángel Cruz y Nacho Albarrán, agarrados a una bandera de Jamaica. Nos hicimos la foto para celebrar el triunfo de Usain Bolt en los Mundiales de Pekín 2015. Los antecedentes recientes apuntaban a que el ‘Relámpago’ iba a sufrir su primera gran derrota ante Justin Gatlin, que tenía la mejor marca del año y de las clasificatorias. En la temporada previa a los Juegos de Río había síntomas de un ocaso cercano. Pero el rey Bolt emergió en la final de 100 y ganó el oro con 9.79 (por 9.80 del americano). En la redacción nos fundimos en un abrazo. En ese momento comprobamos lo mucho que queremos y admiramos a Bolt. Y lo mucho que lo íbamos a añorar cuando no estuviera en activo.
Ya ha llegado ese momento. Usain Bolt disputó este sábado su última carrera. Bueno, en realidad ni siquiera la terminó, porque se lesionó en la posta final del 4x100. No es el broche soñado a una trayectoria sin igual, pero su leyenda no mengua por ello. Vamos a echarle de menos, sí, porque el atletismo se queda huérfano del mejor de todos los tiempos. Bolt nos deja récords estratosféricos, inalcanzables en un futuro próximo: 9.58 en 100 y 19.19 en 200. Unas plusmarcas conquistadas con un biotipo atípico para un velocista: con 1,96 de estatura, con largas piernas, sin músculos envolviéndole hasta las pestañas, e incluso con una escoliosis. A eso hay que añadir su carisma y su show: inigualables. No hay sucesor a la vista, ni siquiera Wayde van Niekerk, lo más parecido que hemos visto estos días por Londres.