El futuro del atletismo
Ayer dijo Lord Sebastian Coe que el principal cambio que se había realizado desde que él es el máximo dirigente del atletismo es reconocer que hay que hacer cambios. Estoy de acuerdo. Es un buen principio. Pero a partir de ahí hay que ejecutar esos cambios. Coe es inteligente, carismático, visionario, un buen dirigente. El atletismo internacional (y también el nacional), necesita convertirse en un deporte mayoritario, que acabe con la lacra del dopaje, que ataje la compra de medallas con nacionalizaciones exprés, que ofrezca un producto atractivo, que se abra a la gente que no es del atletismo, y que sea realmente el deporte básico por el que pasen todos los niños y niñas del mundo. Y para ello hay que crear una cultura deportiva (que en Inglaterra existe y por eso se llena el estadio) y un verdadero plan de marketing global. Se puede y debe conservar la esencia, pero adaptándola al siglo XXI.
También dijo que Barcelona sería una buena sede para el Mundial de 2023. La IAAF empieza a reconocer en privado que se ha equivocado eligiendo a Doha y Eugene para 2019 y 2021. Barcelona tiene muchos puntos a su favor, pero nos falta la afición por el atletismo. En cualquier caso, en las dificultades están las oportunidades. Serían seis años por delante para invertir, tener muchos más medios, forjar atletas, apoyar a los entrenadores, hacer que los medios se vuelquen...