ATLETISMO | MUNDIALES DE LONDRES
Van Niekerk gana a lo Bolt y perdona su récord del mundo
El sudrafricano frenó antes de cruzar la meta en los 400 y se llevó el oro con 43.98. La ausencia de Makwala por un virus gástrico le dejó sin un rival que pudiera apretarle.
Tras correr 400 metros, el ácido láctico inunda las piernas de un atleta, respirar se hace una odisea y mantenerse en pie es prácticamente imposible. Y ni el mejor especialista que existe en el planeta, Wayde Van Niekerk, se libró de esa terrible sensación tras ser en Londres campeón mundial de la vuelta a la pista. Aparentemente, dominó fácil, 43.98, frenándose estilo Bolt, y con 43 centésimas de ventaja sobre la plata Gardiner (44.41). En realidad, acabó fundido. Sumergido en litros de lactato, del que los cuatrocentistas toleran cantidades industriales (30 minimoles).
En Londres se ha propuesto el doble 200 y 400 con firma Michael Johnson (Mundiales 95 y Juegos 96). Ayer, el sudafricano construyó la primera parte en una carrera en la que partía en la calle 6 sin referencia, porque en la 7 debería ir Makwala, el Badman de Botswana que deberia su rival, pero que no corrió por el ‘virus de Londres’.
Eso allanó el camino al Soñador (The Dreamer) Wayde, que salió desbocado en los primeros 200 metros. Cogió la compensación al jamaicano Gaye (calle 8) y en la recta de meta sólo tuvo que aguantar. En los cuadros, con la mezcla de ácido láctico y la tranquilidad de ganar por un mundo, se frenó. 43.98. Su propio récord mundial (43.03) podría haber caído, pero no era el día.
Al acabar agarró la bandera y al intentar celebrar con el entregado público de Stratford se vino bajo. El lactato había venido. Y Van Niekerk usó la enseña como improvisado manto para tumbarse delante de los 50.000 aficionados. El speaker Iwan Thomas, antiguo cuatrocentista, le entrevistó en el suelo: “Estoy muy feliz, pero dame cinco minutos más por favor”. Tal vez por esto odie los 400.
Bolt ha elegido a Van Niekerk como nuevo portador de la llama del atletismo. Es menos showman que el Relámpago, más sobrio, tampoco la resaca de la prueba lo permite: “Soy así, ya sé que venderé menos camisetas que Usain”. Aspira a altas cotas. Hoy, quinta carrera en cinco días. Semifinal de 200.