Alcácer evita la primera derrota de Valverde con un golazo
Los suplentes del Barcelona, con contadas excepciones, se pasearon por Tarragona ante un buen Nàstic sin convencer a nadie.
Hay partidos en los que se nota a la legua que a los futbolistas no les apetece jugar. El que enfrentó a los suplentes del Barcelona con el Gimnàstic de Tarragona y que acabó en empate a uno fue uno de esos. Que a los jugadores del Barça desplazados al Nou Estadi les daba siete mil patadas en el hígado jugar ese partido se notó desde el primer minuto.
Hubo excepciones claro. Ahí podría entrar gente de la casa como Samper, Sergi Roberto, Denis, Aleñá y Deulofeu, que finalmente debutó con más ganas que piernas. Otros perpetraron un paseo al trote cochinero demostrando que su ambición por cambiar su situación y luchar por un puesto en el equipo titular es nula. En este campo, mención destacada para Arda Turan, un tipo que vino a Barcelona a veranear permanentemente amparado por el paraguas de esa filosofía extraña llamada ‘ardaturanismo’ que hace que los ritos druidicos sean materia de alta ciencia. Tampoco es cosa para tirarse de los pelos, tan sólo costó 42 millones de euros.
El Nàstic de Carreras, en cambio, se tomó el partido muy en serio. Del equipo grana fueron todos los balones divididos en una primera parte en la que el conjunto local borró al Barcelona del campo. Por si fuera poco, a los ocho minutos Vermaelen se lesionó en una choque con Tejera y mientras dejaba a su equipo con diez mientras le atendían en la banda, Omar se deshizo de un Semedo más blando en defensa que un flan, de un Samoer al que le falta malicia y remontando tranquilamente la línea de fondo sirvió el pase de la muerte a Barreiros que marcó el 1-0 a los 11 minutos. Al minuto siguiente, Vermaelen ya no regresaba al campo y su lugar lo ocupó Marlon.
Mejoró el Barcelona en el segundo tiempo y dio una mejor imagen en atque. Digne se enteró que estaba en el campo y Denis empezó a carburar. No obstante, el Nàstic tuvo su oportunidad de ampliar el marcador mediante Emana, al que le anularon un gol por fuera de juego después de un paradón de Ter Stegen tras una jugada en la que Mascherano fue transparente. La presión del Barcelona le metió el miedo en el cuerpo al Nàstic y Dinitrevski se lució en un par de ocasiones ante Deulofeu y Munir, pero nada pudo hacer ante el gran gol de falta de Alcácer, que se redimió de otro trágico partido a pelota parada.
Con el empate a uno y 12 minutos por delante, Deulofeu fue el gran peligro del Barcelona, pero el portero internacional por Macedonia mantuvo el tipo y el Barça evitó la primera derrota en un partido que jugó sin ningunas ganas.
