CICLISMO | VUELTA A BURGOS (1ª ETAPA)
Mikel Landa impone su ley en el Castillo de Burgos
El alavés, máximo favorito, no perdió el tiempo y se apuntó la primera etapa en la subida al Castillo. Chernetski, segundo, y Alaphilippe, tercero.
Enrabietado por quedarse a un segundo del tercer puesto del Tour, Mikel Landa se marcó la Clásica de San Sebastián y la Vuelta a Burgos como objetivos para resarcirse. En San Sebastián quedó quinto y ayudó a su compañero Michal Kwiatkowski a anotarse la victoria. En el Alto del Castillo de Burgos, meta de la etapa inaugural, no dejó ni las migas.
El corredor del Sky, máximo favorito a la general por su excelente momento de forma y las llegadas favorables al Picón Blanco y las Lagunas de Neila, se enfundó el primer maillot de líder y sacó un puñado de segundos a sus rivales. Simbólicos, pero suficientes para demostrar su autoridad: "Guardo un cariño especial a esta carrera, deseaba lograr algo bonito. Ahora dispongo de una pequeña renta para los dos días de montaña".
Landa, Matteo Trentin, Sergei Chernetski y Norman Hansen sorprendieron al lanzarse en el descenso de la primera pasada por el Castillo. Sky y Quick Step, para el alavés y para Julian Alaphilippe, controlaron durante la fase decisiva de la jornada. En la última subida, Landa soltó a Hansen, a Trentin y batió a Chernetski gracias a su potente rush terminal. Alaphilippe entró tercero. Se trata de su segundo triunfo de 2017, tras tomar Piancavallo en el Giro.
Marc Soler, ganador del Tour del Porvenir en 2015 y una de las revelaciones de la temporada, lo probó a la fuga, pero fue cazado antes de que sucumbieran los últimos supervivientes: Arroyo, Geoghegan, Serry, King, Orjuela, Díaz, Dunne, Cousin y Stalnov. Soler compartirá galones en la Vuelta con Rubén Fernández, otro vencedor del Porvenir, y en Movistar esperan “un salto de calidad” de ambos, aunque les llevarán con paciencia y sin presión.
Este miércoles, 153 kilómetros entre Oña y Belorado. Una etapa de perfil quebrado y previsible resolución al sprint.