Jugada maestra del Sky y victoria de Kwiatkowski en Donostia
Landa fue madurando un quinteto fugado en Murguil y remató su compañero de equipo. Gallopin no pudo en los últimos metros y también cedieron Dumoulin y Mollema.
Antes de desenterrar el hacha de guerra con la subida a Arkale y Murguil Tontorra, en el paso por Hondarribia y el callejeo por Irun, a 40 kilómetros, se fue castigando al personal con un continuo cambio de mando en la punta de lanza del pelotón, muy distanciada con la cola, con aceleraciones, desorden y latigazos, con ganas de hacer daño, al salir de una rotonda la inercia hacia que el paquete, en fila india, se estirase mucho, con los de atrás en constante látigo. se fueron formando grupitos. En ese tramo solo trabajaba Quick Step para mantener el orden.
La Clásica amaneció con movimiento. Casi con el banderazo de salida arrancaron Bystrom y Chetout, y después les siguieron Insausti, Delage, Erviti, Pfingsten y Le Turnier. en Jaizkibel, a pie de puerto, en la primera pasada la distancia cogía un techo de cuatro minutos y medio. El Sky demostraba que no venía a disfrutar del precioso paisaje y asociado al Caja Rural trataban de gobernar desde atrás. En esta aventura guipuzcoana, Intxausti experimentó las enormes ganas que tenía de sentir las piernas girar en busca de protagonismo. La fuga murió a 56 kilómetros para acabar la Clásica, aunque antes Erviti dio el último coletazo huyendo de la vigilancia del grupo delantero.