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Marcelino Maté, villarato sin Villar

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La detención de Villar y de algunos de sus adláteres, uno de ellos de su propia sangre, ha dejado a la Federación como un hormiguero incendiado. La anterior Junta cesó para las elecciones. Sus funciones quedaron en manos de una Gestora que presidía, por directa voluntad de Villar, Marcelino Maté, presidente de la Federación de Castilla y León. Pasadas las elecciones, aún no había nombrado Junta. Estaba enredado en qué hacer con Padrón. El gobierno esperaba de él que le quitara, él quería mantenerle de forma honorífica, Padrón se resistía. Ni se le ponía al teléfono. Algo habrá entre ellos que le hacía tan difícil apartarle.

El caso es que no hay Junta, ni vicepresidentes que puedan hacerse cargo de la tarea de Villar, en prisión sin fianza. Así que el hombre fuerte de la situación es Marcelino Maté, burgalés de 57 años, concejal de Burgos en los tiempos en que el Ayuntamiento de la ciudad fue accionista mayoritario del club (y él mismo, directivo) con consecuencias fatales. En la Federación de Castilla y León lleva ya 21 años. Tuvo un problema con el Tribunal de Deportes de ¿adivinan la Comunidad? y escogió como abogado... ¡a Gorka Villar! Es presidente de la Comisión de Clubes de Segunda B, esa en la que tantos amaños hemos sabido que hay, sin que él lo remedie.

Villar le tenía destinado al papel de sustituirle, si es que era capaz antes de quitarse de encima a Padrón. No iba a levantar alfombras, seguro. La opción que se manejaba frente a este hombre, puro ADN del villarato, era Rubiales, presidente de la AFE. Pero ahora todo está alborotado. En fin, hoy tendremos el sorteo del calendario, e imagino a Maté de anfitrión. Pero hay más cosas pendientes que el sorteo, entre otras la confección de los grupos de Segunda B y Tercera, que tiene su miga. A ver cómo pilota Maté este tinglado. En esto está quedando la ‘salida honorable’ que Méndez de Vigo soñaba para Villar: en villarato sin Villar y Villar a la sombra.