McGregor-Mayweather: último careo lleno de provocaciones
Tras su último cara a cara en Londres, los dos afrontan 43 días de exigente preparación para el combate del siglo del 26 de agosto en Las Vegas.
El traje ofensivo de McGregor en Los Ángeles, la bandera irlandesa en manos de Mayweather en Toronto o los billetes volando en Nueva York. Pocos recursos quedaban para añadir más picante al combate del año, pero el evento está lanzado y no necesita ayudas para vender. Las colas en Londres fueron inmensas, igual que en las otras tres ciudades de la gira (Los Ángeles, Toronto y Nueva York). 70.000 personas asistieron a los cuatro eventos, la locura es total y sólo conduce a una fecha y a un lugar: 26 de agosto en Las Vegas.
Cuatro encuentros y cuatro temáticas. En Londres se subieron por fin a un ring, pero tuvieron su encuentro más descafeinado. ¿Presagio? Sólo el tiempo lo dirá. Con todos los argumentos utilizados en los tres asaltos anteriores ambos cayeron en el insulto fácil y las descalificaciones. The Notorious estaba ante su gente y buscó provocar: gritos en la cara de Mayweather, retos y hasta le frotó la cabeza al estadounidense. Todo estéril, Money no entraba al trapo. Cuando fue su turno siguió la misma tónica que su rival. Destrozó los nombres de McGregor de las publicidades, pero McGregor también era inmune.
No le importaba al público del Wembley Arena, que coreaba y saltaba al unísono con cada frase del irlandés. “Conor Conor McGregor”, retumbaba en el pabellón. La cara de felicidad de los casi 20.000 espectadores que coparon las gradas no tiene precio. El combate del siglo está en marcha, nada puede detener la maquinaria perfecta que Mayweather y McGregor han puesto a punto durante cuatro días. El mundo quiere su combate, desea el reto: dos leyendas frente a frente. Sólo puede quedar una dentro de 43 días en Las Vegas. La cuenta atrás ya está en marcha.
Reventa con las entradas gratuitas
El Mayweather vs McGregor está llamado a romper todos los récord económicos, también en lo fraudulento. Las entradas, gratuitas, para los cuatro shows volaron y la reventa entró en acción. El precio fue subiendo conforme se acercaba el final de la gira y en Londres se llegaba a pedir 100 euros por ticket.