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TOUR DE FRANCIA 2017

Rigo celebra, Froome se mantiene y Nairo pasa un mal día

Urán se impuso en una etapa tremenda. Quintana y Martin cedieron 1:14. Contador, 4:19. Y tuvieron que abandonar Thomas y Porte por sendas caídas.

Chris Froome, Warren Barguil y Rigoberto Urán en la meta de Chambery de la novena etapa del Tour de Francia.
REUTERS

El primer encadenado serio de gran montaña resultó demoledor. No hizo falta llegada en alto. El renacido Rigoberto Urán ganó la etapa en Chambéry, Chris Froome fortaleció su candidatura, Fabio Aru y Romain Bardet se confirmaron como los principales rivales… Y algunos se complicaron de la general. O directamente desaparecieron. Alberto Contador se descolgó en la última subida y cedió sus opciones en este Tour: 4:19 minutos. Si es que alguna vez tuvo opciones. Nairo Quintana y Dan Martin se dejaron un buen bocado: 1:14. Y también dijeron adiós, pero definitivamente, Geraint Thomas y Richie Porte, que sufrieron sendas caídas en dos descensos de la jornada.

Se subían tres puertos de categoría especial. Y también se bajaban. No eran los puertos típicos de los Alpes: largos y asfixiantes por la altitud. Sino ascensiones más cortas, con pendientes de vértigo. Especialmente ese último Mont du Chat, el Monte del Gato: 8,7 kilómetros al 10% de pendiente media. Contador ya había advertido de la exigencia de este recorrido, “el más duro del Tour”. Lo sufrió en sus propias carnes. Pero la sensación general era que si se decidía algo, sería más bien en los descensos.

La idea tomó fuerza en el primero de los tres colosos: La Biche. Aún restaban cien kilómetros, ya estaba formada la fuga, el Sky marcaba su ritmo… Demasiada normalidad. Bardet debió recordar aquel descenso de la Bissane que tanta gloria le dio el año paso, y tensó en la bajada con varios compañeros. Tanto, que hasta su colega Gautier hizo un recto. Las consecuencias fueron inmediatas: se cayó Geraint Thomas, primer líder del Tour, segundo de la general, lugarteniente de Froome. Clavícula rota y hasta otra. También se accidentó Majka. El maillot amarillo se quedó inicialmente descolgado, pero enlazó. Mucho más tardó Contador, que no se reintegró hasta la subida de la Grand Colombier. Después del calentón se enganchó con Nairo Quintana y se fue al suelo. No iba a ser su día. No. Ya se veía. Y el Mont du Chat lo confirmó.

Fabio Aru encendió la mecha. Con polémica. Vio que Froome levantaba la mano para avisar de una avería y saltó como un muelle. Le siguieron el resto de favoritos, pero ninguno le dio relevos. Así que decidió parar. El eterno debate sobre cuándo hay que esperar al rival y cuándo no. Ante la duda, y para evitar agravios, lo mejor es no esperar nunca. Pero los acompañantes del sardo no lo entendieron así y la oportunidad se esfumó. A partir de ahí fue un intercambio de golpes. Ahora Aru, ahora Porte, ahora Martin, ahora Bardet… Contador ya no estaba en ese grupo de elegidos. Y Nairo resistió hasta que atacó Froome. El Tour ya no habla castellano. Ni lo hablará.

Tampoco será el Tour de Richie Porte, que llegaba más en forma que nunca, pero la suerte nunca ha sido su aliada. Se salió de la trazada por la izquierda, cruzó toda la calzada por los suelos hacia la izquierda, tiró a Dan Martin por el camino… Y ya no se levantó. Una grave caída le mandó al hospital.

Por si hubieran pasado pocas cosas, todavía estaba en juego el triunfo de etapa. El sprint lo lanzó Fuglsang desde su caso: demasiado largo. Warren Barguil, superviviente de la fuga, y Urán le superaron y metieron riñones. Los jueces dieron inicialmente la victoria al francés, pero la foto-finish despejó el error: triunfo del colombiano. En la meta sí se habló castellano.