Ricciardo gana el Gran Premio de Azerbaiyán de Fórmula 1
Vettel golpeó intencionadamente a Hamilton, el británico tuvo que entrar al box a cambiar el reposacabezas. Y los dos españoles fueron 8º y 9º.
“Gracias”. En español, en el original. Lo hace cuando le deseas suerte. Siempre sonríe. Y da las gracias Daniel Ricciardo. Esta vez tuvo que hacerlo a la Fórmula 1, a un deporte tan extraño como imprevisible. Y a una carrera que le ofreció alas a su talento. Pero antes pasaron muchas cosas… Por ejemplo a los españoles.
Miró a la reportera inglesa que le preguntaba con las manos en los bolsillos y con esa media sonrisa que se les pone a los que suelen llevar un cuchillo en la boca le respondió. “Para mi todo está siendo muy positivo este fin de semana”. Y ella sonrió también, incluso llegó a ruborizarse. Por allí andaba Briatore. Negocios. Pero la realidad en esos momentos solo podía hablar de los que espera fuera de la pista. Nada más. Porque antes de la carrera Alonso salía decimonoveno, penúltimo, con un motor con casi cien caballos menos en un circuito con una recta de 2,2 kilómetros, un coche que se suele romper, un desastre posible en los números de la estadística. Probabilidades y eso. No había esperanza. ¿Qué se podía esperar? Poco o nada, decíamos ayer. Iluso.
A su lado en el paddock estaba la caseta de Carlos Sainz. El madrileño salía por delante del asturiano, decimoquinto, pero lejos de los puntos. “Está con moral, con muchas ganas de luchar”, nos decía otro Carlos que le acompaña en los circuitos. Necesitaba caos Alonso. Necesitaba una carrera loca Sainz. Y la tuvieron. Demasiado.
Por delante Hamilton solo quería que las cosas fueran tranquilas. Pero no. Esta vez no. Ganó Daniel Ricciardo, con su sonrisa eterna. Y su gratitud.
Empezó la carrera con Lewis saliendo bien, por delante de Vettel, pero ya por detrás hubo batalla. Toque de Kimi y Bottas, por detrás trompo de Sainz para no llevarse por delante a Kvyat. El finlandés sale muy lejos, tras el madrileño tras ese toque. En la vuelta 12, Hamilton lidera con 2,6 segundos sobre Vettel. Atrás Alonso lucha con los Sauber pasa a Wehrlein al límite, después a Ericsson. Todo normal. Pero sale el coche de seguridad con el Toro Rosso de Kvyat parado en la pista. Hamilton, Vettel, Pérez… Pero hay otro safety car. Trozos de coche en pista.
Y llega el momento más loco en mucho tiempo. Hamilton frena demasiado cuando se va el safety, le toca Vettel y el alemán después se va a por el inglés y le toca. Increíble. No pasa nada. O casi. El de Ferrari acaba con un stop and go de diez segundos. Más batalla, Massa adelanta a los Force India y se pone tercero, Ocon pasa a Perez y se tocan, también dan a Kimi, los tres se retiran. O eso parecía. Alonso es octavo, Sainz noveno. Pero llega la bandera roja por más suciedad en pista. Coches al pit lane. Vuelven los Force India y Kimi.
En el regreso, Hamilton tiene que entrar a boxes porque el reposacabezas de su coche se está desprendiendo, sale justo tras Sainz, octavo y Vettel asume su sanción. Se encontrarán en pista. Líder Ricciardo, segundo Stroll y tercero Magnussen.
Alonso es quinto en esos momentos, pero le pasan Ocon y Mercedes y después Vettel y Hamilton. El asturiano es octavo. Sainz noveno. Sigue la locura. Ocon y Bottas pasan a Magnussen, después Bottas a Ocon y se pone tercero. Con Esteban pueden también Seb y Lewis. El Mercedes vuela tras el Ferrari. Pero ya no puede más. Gana Ricciardo, primer podio de Stroll, pero tercero. Le quita Bottas el segundo en la meta. Sainz octavo. Alonso noveno. Primeros puntos. “Podía haber ganado la carrera”, dijo el astur. Quizá con Briatore, quizá el año que viene… Positivo.