Era el juego para conseguir ese cupo a la Copa Sudamericana, pero terminó simplemente siendo de la dignidad. El campeón, que contra todos los pronósticos quedó sin torneo internacional en 2017, se despidió con decoro de la Libertadores tras vencer 2-1 a Barcelona en un choque en el que debió remar desde el minuto 3 contra la corriente.
De entrada, el fútbol lo retó en su despedida. Un error de Franco Armani puso a los ecuatorianos 0-1 con el gol de José Ayoví. Ese resultado sugirió lo peor para un compromiso que enfrentó en el Atanasio Girardot en la última fecha al líder y colero del Grupo 1, en el que Estudiantes se quedó con el lugar en la Sudamericana con su triunfo 1-0 sobre Botafogo.
El cuadro verde, que con seis puntos finalizó en el último lugar, logró recomponer el panorama con el gol de penal de Dayro Moreno (18'). Ahí empezó a hacer un fútbol más fluido al ritmo de Macnelly Torres y pudo maquillar algunos problemas que tuvo en el fútbol aéreo o cuando el visitante impuso su velocidad.
De menos a más fue Nacional en el partido. Y con un autogol de Xavier Arreaga (26'), que vivió una pesadilla pues además le cometió la falta a Dayro en el penal, el local pudo confirmar muy pronto la remontada para hacer el juego mucho más llevadero pese a que a esta altura ya sabía que el resultado en La Plata no lo favorecía y que tendría que concentrarse únicamente en los torneos locales.
Lo que debió terminar en goleada se frenó en un 3-1, con otra anotación en contra de los 'Canarios', cuando en una jugada de Andrés Ibargüen pifió en su rechazo Darío Aimar, para vencer al su compañero Máximo Banguera (67'). Ese tanto, definió por completo el compromiso, pues el visitante pasó a ser por completo un espectador mientras que Nacional acumuló situaciones.
Antes de refrescar al equipo con los ingresos de Arias, Rodríguez y el ‘Indio' Ramírez, registraron opciones claras Macnelly, Ibargüen y Bocanegra que no terminaron en gol porque faltó un poco de puntería. El que sí la tuvo fue Dayro, pero Banguera le frustró su doblete con una buena atajada.
Algunas escaramuzas de Jonatán Álvez pusieron trabajo a la zaga verdolaga, pero no trascendió. Lo mismo que una aparición de Richard Calderón en el cierre del duelo con el que dijo adiós el campeón, mientras la afición le coreaba: "a los de rojo les tenemos que ganar", para recordarle que el fin de semana lo espera el clásico paisa en el que expone su liderato en la Liga I-2017 antes de empezar los cuartos de final.
