Llega el tappone dolomítico: “Habrá muchísimos ataques”

El pelotón debe afrontar este jueves, en sólo 137 kilómetros, un desnivel acumulado de poco menos de 4.000 metros con cinco puertos dolomíticos: Pordoi, Valparola, Gardena, Pinei y llegada en alto en Pontives (9,3 km al 6,8%, con rampas del 12%). Dentro del Giro la consideran la “prueba definitiva” para Tom Dumoulin. Y el líder piensa que la superará: “En Mortirolo y Stelvio estuve con los favoritos. Les habría seguido en el Umbrailpass y, en el descenso, directamente volé. Lástima aquella llamada de la naturaleza y que en la organización suprimieran el premio al mejor bajador”.

El neerlandés, pese a los tuits y declaraciones en las que aseguró que no se había enfadado con sus rivales, se desahogó en La Gazzetta, diario oficial del Giro: “Sí, me enfureció que los adversarios no pararan tras mi percance. Yo detuve a mis compañeros camino de Bérgamo”. Sobre el menú a través de los Dolomitas se permitió bromear: “Parece mi casa en Maastricht (un terreno totalmente llano). En serio, me atacarán muchísimo y procuraré responderles”.

Nairo, ajeno a la polémica, confía en recuperar la maglia rosa: “Lucharemos por coger tiempo para tener margen en la contrarreloj de Milán”. Nibali se mostró con la moral por las nubes y cerró el debate: “Me encuentro donde quiero, con oportunidades tanto en los puertos como en la crono. Y nunca espero que nadie me espere. El fair play se aplica a conveniencia”.

Por su parte, Mikel Landa ya señaló el tappone de los Dolomitas como “otra ocasión” para la búsqueda del triunfo que enderece la carrera del Sky: “Me gusta por la dureza y explosividad del perfil. Quizá se puedan conseguir muchos puntos para la montaña, o quizá aguarde hasta el final con los buenos. A tope. Deseo la alegría de vencer después de quedarme sin disputar la clasificación por un accidente ajeno”. Palabras ambiciosas que luego intenta cumplir. Veremos los candidatos al título, más comedidos en sus declaraciones y en la carretera.