Una fiesta enfureció a Mourinho en el Porto campeón 2004
El excentrocampista del Oporto desvela una fuerte bronca del técnico por llevarse de fiesta a sus compañeros cuando se jugaban el doblete.
El Oporto de la temporada 2003/2004 será recordado como uno de los mejores de la historia con el doblete de liga de Portugal y Champions League gracias, en buena medida, a la mano de José Mourinho en el vestuario.
Aunque no todo fue tranquilidad y buen rollo. La piña estuvo a punto de romperse días antes de visitar el estadio del Marítimo debido al cumpleaños de Costinha. El centrocampista organizó una cena a la que acudió la plantilla y cuando llegaron los postres informó a sus compañeros que después se iba a ir a tomar una copa con unos amigos de la infancia que habían viajado desde Lisboa. “Cumplo años el 1 de diciembre e invité a mis compañeros del Oporto a cenar. Ese domingo jugábamos contra el Marítimo. Al final de la cena le dije a mis compañeros que iba a tomar una copa con amigos de la infancia que venían desde Lisboa. No les invité porque no quería ser responsable de una salida nocturna. En el Oporto se sabía todo. No valía la pena esconderse. Al final fuimos todos y el domingo empatamos con el Marítimo”, dijo al canal de televisión de Oporto.
José Mourinho se enteró de la salida y no le sentó nada bien. Esperó al primer entrenamiento después del empate a dos para descargar todo el enfado sobre el exjugador del Atlético de Madrid. “Cuando llegué al campo de entrenamiento vi el auto del presidente. Algo iba mal. Mourinho entró en el vestuario y me extrañó porque él nunca entra. Comenzó a hablar y me señaló: ‘Tú eres el responsable del empate ante el Marítimo. Te llevaste a los compañeros de fiesta el día de tu cumpleaños. Si no ganamos la liga y la Champions será responsabilidad tuya”.
El enfado de Mou llegó a tal punto que pidió al presidente la salida de Costinha en ese mismo mercado invernal. “Ya avisé al presidente de que en enero estás fuera. No te quiero aquí”.
Costinha se derrumbó, pero no tocó fondo y al final fue una pieza clave en el doblete del Oporto. “Aquello fue tan duro que pedí no entrenar. Pero lo pensé mejor y entrené. Después, en la sesión de entrenamiento, Mourinho me habló como si nada hubiera ocurrido”.
El excentrocampista lisboeta lo ve ahora de otra manera y entiende la reacción de Mourinho. “Él usaba la personalidad de los jugadores más fuertes. Sabía que yo iba a entrenar bien y le iba a rendir en el terreno de juego después de aquello. Podía decirme todo lo que me dijo”.
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