Nairo quiere emular a Pantani en el Santuario de Oropa
Nairo Quintana quiere empezar a recortar tiempo a Dumoulin. Mientras, el holandés se muestra confiado con su ventaja de 2:23 al colombiano.
El Giro 100 llega a su tercera llegada en alto, tras el Etna y el Blockhaus: el Santuario de Oropa, 11,7 kilómetros de ascensión al 6,2% de pendiente media, con rampas del 13%. Etapa clave para Nairo Quintana, que se frota las manos, pues es el escenario indicado para empezar a recortar los 2:23 de desventaja que tiene ante el líder, Tom Dumoulin.
“No se trata de un puerto tan duro. Pienso que defenderé bien la maglia”, aseguró el líder, Tom Dumoulin, quien se visitó de rosa tras ser imbatible en la contrarreloj de la etapa 10.
Nairo Quintana, a 2:23 del holandés, no se queda atrás y sigue adelante por el Centenario pese a la amplia ventaja en la clasificación general. El colombiano también cree en sus opciones de “iniciar la remontada”: “Deseamos empezar a recortar tiempo ya. Más que la victoria, buscaré meter diferencias con los rivales”.
No obstante, a Nairo le encantaría ganar en Oropa: “Allí realizó Marco Pantani una de sus mayores exhibiciones en las montañas. Me motiva emularle y lograr cosas históricas”.
Y en río revuelto quiere pescar Mikel Landa, el español líder del Sky y favorito en este Centenario: “Intentaré aprovecharme de la vigilancia entre los favoritos”.
La historia respalda a los favoritos. Oropa se ha subido en cinco ocasiones en el Giro, y en ninguna de ellas se impuso el vencedor final de la Corsa Rosa. A Nairo no le quedaría mal ganar la etapa, pero el objetivo claro es descontarle tiempo al líder.
En 1963 triunfo Taccone y la general fue para Balmamion; en 1993 ganó Ghirotto e Indurain se llevó su segunda Corsa Rosa; en 1999 venció Pantani (expulsado luego por hematocrito elevado) y en Milán se coronó Gotti; en 2007, la cronoescalada se la anotó Bruseghin y Di Luca consiguió su único Giro; y por último, Enrico Battaglin tomó la cima pero Nairo Quintana conquistó su primera grande en 2014.