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OPINIÓN

Dumoulin se presenta como un examen para Nairo

Tom Dumoulin es el nuevo líder del Giro 100. Pero, para uno de los grandes especialistas del pelotón, su extraordinario papel en la crono no es ninguna sorpresa. De hecho, cumplió lo que ya se vaticinaba desde el mismo momento que cruzó la línea de meta del Blockhaus. Por eso, una vez confirmadas las expectativas, el Giro se queda en una situación magnífica de cara al espectáculo. Todos los escaladores, empezando por un Nairo Quintana que perdió algo más de lo que esperaba, se verán obligados a atacar.  

Por tanto, el Giro se pone al rojo vivo, y sonríe al neerlandés, un ciclista mucho más maduro que el que perdió la Vuelta 2015 en la penúltima jornada, que asegura que todos los inviernos se machaca con un trabajo específico para mejorar en montaña, y al que las etapas 'unipuerto', como demostró en el Blockhaus, no le vienen del todo mal. El único punto en contra será su falta de equipo, más desde que aquella maldita moto eliminó a su gran baza para la montaña, Wilco Kelderman.

Pero cuenta con un as en la manga: esta edición del Giro acaba con otra crono de 28 km, más corta, pero más llana que la de este martes. Nairo, que no olvidemos ha apostado por correr el Giro y condicionar su estado físico para el Tour, junto con el resto de escaladores como Nibali, Pinot... no podrán correr con calculadora. Porque no sólo tienen que recortar la desventaja, sino que deben llegar con un margen suficiente. ¿En cuánto tiempo necesitan distanciar a Dumoulin de cara a la crono final? ¿Bastaría con 1:30? ¿Dos minutos quizá? Lo que sí parece claro es que no tienen tiempo que perder para empezar a ponerle en problemas. Empieza lo bueno.