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El homenaje que Pepe merecía y sigue mereciendo

La elección de Coentrao. Aunque no resultase notorio de puertas para afuera, a más de uno sorprendió que Pepe quedase fuera de la convocatoria contra el Sevilla y que en la misma Zidane incluyese a Coentrao. Se trataba de la que hubiese supuesto la última comparecencia futbolística del central en el Santiago Bernabéu, antes de marcharse al Inter este verano. El central llevaba dos semanas trabajando a buen ritmo. Con Marcelo, fuera de la convocatoria, tanto Nacho como Danilo, ambos titulares, podrían cubrir esa demarcación, pero Zizou prefirió incluir en la misma al lateral que tiene pavor al Bernabéu.

La despedida de James. El gesto, a cámara lenta del colombiano, aplaudiendo a todos los rincones del Bernabéu sorprendió a más de uno y fue respondido por la grada con una ovación cerrada y sincera. Habría que multiplicar por algunos dígitos el reconocimiento que Pepe merece llevarse del madridismo tras una década de abnegado servicio. Algún mal episodio en su debe, pero muchísimos buenos en su haber, en forma de actuaciones sobresalientes, de comportamiento exquisito en el vestuario, de cicerone de Cristiano, de capitán en la sombra. Pepe es historia del madridismo, merecía mucho más que una pancarta y merece una despedida por todo lo alto, acabe como acabe la temporada. Nunca es tarde, aún hay tiempo para un buen gesto.

El rendimiento de Nacho. Más allá de su picardía para meter un gol de listo al Sevilla, hay que pararse a reconocer el espectacular rendimiento del canterano en cualquier posición de la defensa. Lejos de poner mala cara a cualquier situación nueva, se adapta, se mejora y compite al nivel que el Real Madrid exige con una solvencia digna de elogio. Es ganador, competidor y toda una garantía. Una bendición para un entrenador.

Las dos finales. No me extrañaría nada ver hoy en Vigo el mismo once que salió al Calderón en el partido de vuelta de las semifinales de Champions. El equipo A, en toda la regla. La pérdida del control durante el primer tiempo contra el Sevilla fue un aviso a navegantes. El Madrid ha demostrado que sabe adaptarse y competir en cualquier circunstancia, pero tantas ‘finales’ seguidas pueden acabar pasando factura. El Celta, primero, y el Málaga, después, van a poner el título liguero en japonés.