James, lastrado por el sistema
A los pocos meses de su llegada al Madrid, algunos medios titularon que James había hecho olvidar a Di María. El colombiano brilló en su primer Clásico, cuando los de Ancelotti pasaron por encima del Barça de Luis Enrique en el Bernabéu. El equipo enlazó una serie de partidos victoriosos y de buen juego en los que James, formando parte de un medio campo compensado con Isco, Kroos y Modric, demostró calidad y pegada. Parecía que el entonces joven de 23 años apuntaba un futuro importante, justificando los 80 millones pagados por él, pero en pocas semanas el ‘karma’ cambió.
Un par de lesiones y las variaciones en el esquema perjudicaron su progresión. Con la vuelta de Bale, tras una de sus frecuentes bajas, Ancelotti volvió a jugar con la BBC arriba y a James le tocó entrar a currar en el mediocampo. Ese puesto de tercer centrocampista trabajador no estaba hecho para el colombiano y sufrió el desequilibrio general que terminaría con la temporada en blanco y el despido de Carletto. Al año siguiente llegó Casemiro y, poco a poco, sobre todo con Zidane, se hizo evidente que iba a ser fundamental en un equipo con tres delanteros. James habría sido mucho mejor si el Madrid hubiera jugado un 4-4-2, las últimas semanas son otra prueba.