La receta contra las primas a terceros
Entramos en las dos últimas jornadas, con horario unificado para los partidos que entremezclan intereses. Y, si observan, este año no se está hablando, o se está hablando muy poco, de primas a terceros. He aquí otro problema que parecía inatajable y que resulta que sí tenía solución. La receta de Tebas fue incluir en el Real Decreto Audiovisual un baremo que tenga en cuenta el puesto final a la hora de repartir los ingresos. Ya no da igual quedar el décimo que el undécimo. Supone un dinero para el club. El incentivo de fuera, que venía a suplir el natural desinterés del que no se juega nada, va siendo sustituido por algo ordenado y decente.
Del total de los ingresos de televisión de Primera, un 25% (375 millones) se reparte según las clasificaciones en el último lustro: un 35% por la del último año, un 25% por la del penúltimo, y un 15% por cada uno de los tres anteriores, así que el premio por puesto es acumulativo y puede llegar a ser importante. En Segunda sólo cuenta el último año porque esa categoría no está tan urgida de premiar los puestos al detalle, dado que entre los cuatro que bajan y los seis que pelean la zona de ascenso (directo o con ‘play-off’), apenas quedan partidos sueltos en los que alguien no se juegue algo. El ‘play-off’ ha funcionado bien en este sentido.
Claro, que todavía habrá que ver si algunas costumbres muy arraigadas han desparecido. Por ejemplo, en Segunda manda desde tiempo inmemorial una ley de bronce según la cual en la última jornada si uno de los dos necesita los puntos y el otro no, éste los otorga. A esos partidos LaLiga mandará dos observadores, deportivo y de integridad, además de cubrir previamente a ambos clubes de advertencias. De momento, hay algo similar que este año se ha evaporado: el célebre ‘pacto a la vasca’, que tantas veces ha dado que hablar. El Alavés le ganó al Athletic, que va tras Europa. El cambio cultural empieza a estar en marcha, pienso.