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REAL MADRID-VALENCIA

Marcelo pagó el rescate

A cinco minutos del final salvó al Madrid, que vio cómo Parejo le empataba en el 82. Los titulares no dieron la talla y el Bernabéu sufrió hasta el último instante.

Así celebró Marcelo su gol al Valencia.
AFP

El Madrid descontó otro partido en su camino hacia el título con ese grupo de titulares que llevan tiempo sin justificar el privilegio. Le ganó a un Valencia que no quiere ser licenciado con deshonor de esta Liga y que siempre estuvo en el partido. En cierto modo fue un viaje de vuelta al lado oscuro tras el festival de Riazor. El Bernabéu pitó algún exceso de individualismo de Cristiano, el duermevela permanente de Benzema y el tono gris oscuro del equipo antes de que Marcelo pagara su rescate.

Tardará en archivarse la causa contra el equipo A del Madrid, ese artículo de lujo por el que tantas tardes paga el equipo de Zidane un sobrecoste. Pero es de recibo rechazar una demanda colectiva, porque de él forman también parte Carvajal y Marcelo, que hacen volar al Madrid dos veces a la semana y diez meses al año. Con los titulares su papel en el equipo crece porque es entonces cuando casi todo sucede por fuera. Volvió a darse el caso ante el Valencia, cuando la enésima acometida de Carvajal acabó en centro preciso y cabezazo picado de Cristiano Ronaldo, que ha comenzado con éxito una segunda carrera como ariete. Los años le han hecho renunciar a algunos papeles, pero el de delantero a un toque lo borda.

La salida del Valencia

El Madrid, en cualquier caso, sin Isco, careció de juego interior y se vio atrapado por una salida ambiciosa, presionante e inteligente del Valencia, que se abalanzó sobre Modric y Kroos y le cambió el metabolismo al partido. A los 59 segundos Mina estrelló una pelota contra el palo. A partir de ahí, el excéltico, Munir, Orellana y Nani patearon el frente de ataque con sentido y Carlos Soler y Parejo le dieron cuajo al equipo en la salida de la pelota.

Antes y después del gol, fue un Madrid de tarifa plana, que sólo se arrimó desde lejos o en estrategia y nunca tuvo el partido en la mano. James, el único que se coló entre los innegociables, luce menos entre ellos. Su fútbol, más combinativo, va más con los otros, aunque estuviese por encima de la media. Cristiano sólo aparece como rematador de última instancia y Benzema es ejemplo de talento mal entendido por falta de constancia.

El Valencia se mantuvo vertical tras el descanso, aunque en un minuto Benzema estrelló un balón en el palo y falló Cristiano un penalti en el que todos, menos Alves, estuvieron mal. Parejo agarró levemente aunque con ambas manos a un Modric que no iba a ninguna parte, nada vio Gil Manzano, mucho imaginó su auxiliar y mal disparó Cristiano ante un portero cuyos superpoderes ante el paredón intimidan. Fue el tercer penalti que le detiene al portugués, el 25º desde que está en España.

El Madrid dejó que pasara el tiempo sin que Asenjo y Morata alteraran el ritmo cardiaco del equipo hasta que Parejo, en un lanzamiento de falta soberbio, castigó el crimen. Entonces llegó la carga final y el gol del Marcelo, el gol de siempre, el gol que ha hecho leyenda del Madrid y que le redime de todo.

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