Bombas en Dortmund, goles en Turín
La tarde de Champions empezó con una noticia siniestra: tres explosiones sacudieron el autobús del Borussia Dortmund cuando se dirigía a su campo para enfrentarse al Mónaco. No hubo desgracias personales graves, aunque sí unas heridas de Bartra en el brazo. El partido se aplazó a hoy. Horas después de los hechos, aún estaba desconcertada la policía de Dortmund, que no emitía comunicado explicando las causas. ¿ISIS? ¿Ultras? ¿Algo accidental? Un retraso inquietante en las noticias que habla de poca efectividad de la policía. Los autobuses de los equipos viajan escoltados, la policía pudo investigar enseguida sobre el terreno.
Así que la noche se quedó en un solo partido, el de Turín, donde el Barça sufrió otro descalabro. Salió mal plantado, con un 3-4-3 que no le resultó. Higuaín ocupaba a los tres defensas, mientras Dybala se echaba atrás y se convertía en indetectable para el Barça. Así marcó pronto dos goles, espléndidos ambos, pero siempre desmarcado. Luis Enrique cambió en la segunda mitad a 4-3-3, sacrificando a Mathieu y sacando al inoperante André Gomes, que no sabemos qué le da. No mejoró mucho. Se llevó otro gol. El resultado final, 3-0, parece un muro más alto que el 4-0 de París, porque es la Juve. Pero dicen que quien hace un cesto hace ciento...
Esta tarde se jugará primero el Borussia-Mónaco y luego van los madrileños. Anoche había cargas en Madrid porque los ‘hooligans’ del Leicester andaban haciendo el burro por el centro. Maldita plaga. Esperemos que el Atlético se lo haga pagar sobre el campo. Mientras, en Múnich, la BBC recibía elogios de su entrenador, Zidane, y de su ex, Ancelotti. Aún les queda crédito, claro. Son muy buenos los tres. Yo les prefiero de dos en dos, pero lo que hay es lo que hay. Si corren hacia atrás, aunque sea un poco, el asunto es más llevadero. El otro día lo hizo Bale, aunque a cambio de no aportar nada en ataque. Pero ya es un paso.