El Bayern es el ogro de siempre con cara amable: Ancelotti
Examen esta noche para la BBC ante un Bayern en vilo por Lewandowski. Cristiano, sólo dos goles hasta cuartos.
No voy a estar toda la vida jugando 15 partidos al año”, se quejó Nacho en vísperas del Legia-Real Madrid, el único que ha jugado en esta Champions. Estamos en abril y ya ha disputado 30 y 2.403 minutos, el doble de su media en las tres temporadas anteriores. Hoy (sigue el partido en directo en As.com) se cuela en la alineación de la Champions de Milán y del último derbi. Ahora es remedio a cualquier mal en la defensa del Madrid. Ha participado en 18 de los últimos 21 partidos de Liga y es el undécimo jugador de la plantilla en minutos entre el elogio general. “Nunca se deja de ser canterano. Se necesita paciencia”, dice. De eso ha siempre anduvo sobrado.
Será, para él, un examen de máximo nivel en el Clásico de Europa, que recoge 22 capítulos y diez eliminatorias desde 1976 a nuestros días. Cinco veces pasó el Bayern y cinco el Madrid, sin que el destino les llevara a disputar una final. En cualquier caso, el Madrid ve a los bávaros como el gran ogro continental, con un largo historial de pleitos que se iniciaron con el loco del Bernabéu que agredió al colegiado Linemayr y con la expulsión de Amancio en la vuelta, en el que fue su último partido europeo. Luego llegaron Hoeness, Matthäus, Augenthaler y sus cuernos al Fondo Sur, Kahn o Pizarro (“Les vamos a meter cinco a esos payasos...”).
Este duelo será en son de paz porque los generales son ahora Ancelotti y Zidane, las sonrisas del régimen. También porque Kroos, Xabi Alonso o Robben estuvieron en ambos bandos sin dejar heridas.
En apariencia, el partido le coge mejor al Bayern, muy asentado en el trono de la Bundesliga (es líder en puntos, posesión, tiros, pases...), con ocho victorias en sus últimos nueve partidos y acoplado a la ‘mano blanda’ de Ancelotti, que ha traído sosiego donde Guardiola dejó, según Rummenigge, “sobremotivación”. Sin embargo, pierde esa ventaja anímica en las lesiones. Neuer y Lewandowski, los dos jugadores más influyentes del equipo. No estarán en plenitud. El primero sale de una operación en un pie. El segundo sufrió una lesión en el hombro el sábado, ante el Dortmund. Si juega, lo hará infiltrado. El Bayern lo sacó a la sesión en los 15 minutos que estuvo la Prensa y lo escondió después. Su agente se mostró pesimista. Sin él, el Bayern se queda sin gol. Ha metido 38 en 40 partidos este año y ni Robben (12 tantos) ni Müller (8) se le acercan. También falta Hummels, otro pilar del espinazo con difícil relevo.
El Madrid llega cogido con pinzas en el centro de la defensa por las lesiones de Varane y Pepe, hoy y en la vuelta, y la amenaza de suspensión que pesa sobre Sergio Ramos. El resto vestirá de gala aunque con la duda eterna sobre la conveniencia de alinear a la BBC en perjuicio de Isco. Sólo nueve goles suma el tridente en la competición. Bale y Benzema andan en sus números, pero Cristiano ha marcado dos cuando el curso pasado a estas alturas aportaba 13. Su mejor actuación como grupo fue en el Allianz, hace tres años. El Madrid necesita que sean hoy parte del equipo y no su apéndice goleador.
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