En el Infierno del Norte hay un nuevo rey . Uno que llegó a Francia después de haber arrasado en Bélgica. Porque si Greg Van Avermaet era ya uno de los nombres de lo que se lleva de temporada, ahora luce en mayúsculas después de que este domingo se haya coronado de forma incontestable en la París Roubaix, su primer Monumento. El belga del BMC demostró que se sabe mover como nadie en los momentos decisivos y remató en el velódromo de Roubaix siendo más rápido que Stybar (Quick Step) y Langeveld (Cannondale), que completaron el podio del Monumento.
El campeón olímpico sigue así devorando clásicas tras sus triunfos esta temporada en Omloop, E3 Harelbeke y Gante-Wevelgem (en Flandes fue segundo). Esta vez se coronó en la prueba de adoquines por excelencia, amargando la despedida a un Tom Boonen muy voluntarioso, pero que cuando se formó el corte bueno... no estuvo. Peter Sagan, otro de los grandes favoritos, tampoco entró en la selección tras el desgaste que acumulaba tras sufrir dos pinchazos en momentos de gran nerviosismo.
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Boonen aceleraba continuamente, pero nunca formó un corte con opciones de llegar. YOAN VALAT EFE Porque la clave estuvo en saber cuándo los ataques eran fuegos de artificio y cuándo los cortes tenían apariencia de último tren hacia el triunfo. Aún con 100 km por delante, Boonen aceleró en Arenberg (uno de los 29 tramos de adoquines) y produjo la primera selección. ¡Van Avermaet no estaba! El belga se había quedado cortado mientras Sagan y el propio Boonen marchaban por delante.
Pero en un parón se reincorporó al grupo y ya no se dejaría sorprender más. De hecho, mandaba a su compañero Daniel Oss por delante en compañia de Stuyven. Boonen, en su última carrera, se dejaba todo en cada tramo de pavés. Impidiendo que nadie marchara cómodo... y quizá gastando más de lo que debería.
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Van Avermaet besa el trofeo al ganador de la París-Roubaix. FRANCOIS LO PRESTI AFP Con ese panorama, y con Sagan sufriendo su segundo pinchazo y perdiendo muchas de sus opciones, Van Avermaet saltó a la caza de la cabeza. Y pronto se encontró en ella acompañado de Sebastian Langeveld, el neerlandés del Cannondale, y un Stybar (Quick Step) que no daba relevos (Boonen aún intentaba enlazar) y se presentaba como la gran amenaza.
Sin embargo, Van Avermaet iba fuerte. Ni rastro de las muestras de debilidad de la primera parte de la prueba. Al primer intento de Stybar por evitar el sprint saltó rápido a la rueda. Y, con la confianza del que se sabe con la chispa para rematar, no perdió la calma a la entrada en el velódromo. Ni siquiera cuando Mascon y Stuyven convertían en quinteto el abanico de aspirantes. Se sabía más rápido y lo demostró, imponiendo su punta de velocidad y alzando los brazos por primera vez en Roubaix (fue tercero en 2015). Era el nuevo rey del Norte.
Clasificación 1. Greg Van Avermaet (BEL/BMC Racing) 5.41.09.
2. Zdenek Stybar (CZE/Etixx) m.t.
3. Sebastian Langeveld (HOL/Cannondale) m.t.
4. Jürgen Stuyven (BEL/Trek Segafredo) m.t.
5. Gianni Moscon (ITA/Sky) m.t.