El Atleti castigó la confianza del Madrid
Esta vez la culpa de los puntos perdidos no se le puede echar a Bale ni a la BBC. Bale intervino poco en ataque, pero estuvo donde tenía que estar, entorpeció a Filipe Luis y con ello le cegó la principal salida al Atlético. En cuanto a Cristiano y Benzema, combinaron bien, trabajaron algo más de lo que suelen y acudieron al remate. Si no marcaron, fue porque Oblak no les dejó o, en un caso, porque Savic cruzó su cabeza salvadora a gol cantado. El Madrid tuvo que llegar al gol por medio de Pepe, en uno de esos saques precisos de Kroos, a cuyo remate acude el Madrid con muchos jugadores altos. Esta vez le tocó el premio a Pepe.
Ese gol llegaba al inicio de la segunda parte y parecía encaminar el partido decididamente a una victoria casera. El Atlético no había hecho sentir su peso en el medio campo durante la primera mitad, sólo había arañado al Madrid en algunos contraataques de Carrasco, tampoco muchos, buscando la espalda de Marcelo, o en un error de Sergio Ramos que acabó en buen tiro cruzado de Griezmann. Y en la segunda mitad, peor aún el Atlético, mejor el Madrid, que se le echó encima, marcó por fin e hizo soñar a los suyos con un gran resultado. Pero en algún momento aflojó. Se cansó de ir a por el segundo gol, se cansó de Oblak, paró a respirar.
Y el que respiró fue el Atlético. Simeone hizo cambios que le resultaron, Thomas dio aire, Correa dio chispa, se escapó del radar del Madrid y dirigió la maniobra. Y cuando el Madrid quiso despertarse, el argentino le había metido un pase perfecto a Griezmann, que marcó con su conocida seguridad. Nada que reprochar a Keylor, que esta vez estuvo muy bien. Fueron los cambios, la buena reacción rojiblanca, más esa indolencia sobrevenida del Madrid, que le perdió la cara al partido y al Atlético, terrible error. Empate bueno para el Atlético, malo para el Madrid y estupendo para el Barça, que en dos semanas estará en el Bernabéu.