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ATLÉTICO 1-REAL SOCIEDAD 0

Atlético llega lanzado al derbi contra Real Madrid

Un gol de Filipe Luis (su segundo en tres días) firma la quinta victoria seguida rojiblanca. Los de Simeone pudieron golear a la Real, donde Rulli fue el mejor.

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Atlético llega lanzado al derbi contra Real Madrid
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

La Real salió con ganas de balón y desde el primer minuto salió a encimar al Atleti. Una falta, un córner, un saque de banda, un disparo que se le escapó de los dedos a Oblak al atrapar que, en diez minutos, sólo habían tenido como respuesta un balón peinado blando de Torres a las manos de Rulli. La personalidad con la que había salido la Real tenía apellido, Odriozola, su ir y venir en la banda siempre terminaba en peligro.

En el equipo de casa, Griezmann tardó 18 minutos en espabilarse. Fue después de la primera jugada que el Atleti preparó con pausa, Koke envió un balón a Juanfran a la derecha que se lo devolvió como centro al corazón del área. Remató solo, pero lo hizo fuera. Era el minuto 19, el segundo remate a puerta del Atleti. ¿Estaba cambiando el viento? Quizá sí: basta que las botas de Filipe corran para que el Calderón lo sienta.

Pudo confirmarlo Griezmann después de colarse entre Iñigo Martínez y Navas, controlar un balón y rematar a dos metros que Rulli, que lo desvió con un guante milagroso.
Al Atleti le costaba sobrepasar el muro que Eusebio había levantado con once jugadores sobre la hierba del Calderón. Entonces apareció ahí ese futbolista capaz de colarse en el menor resquicio, con que tenga el grosor de una pestaña vale, es hijo del viento, 'Speedy' Filipe, imposible de atrapar si corre en diagonal al área. Allí se encontró con Griezmann para hacer pared y conectar con Torres. Cuando el balón le volvió metió la puntera y batió a Rulli. Golazo. Jugadozaro. Futbolistas como él, todo entrega y pasión, son los que ensanchan los escudos que visten.

La Real ya no estaba. Sí, pero no. A su dominio de balón no le había sumado acierto y por ahí se le iba el partido. Estuvo a punto de sumar cemento Griezmann, con otra de las genialidades que salen de su bota cada vez que se frota con el césped, atrapó un balón de tacón y cambió el sentido del juego para enviárselo a Carrasco, que corría la derecha como si fuera la izquierda. Al llegar al fondo el belga lanzo un centro que se paseó ante la línea de gol con un Rulli vencido. Tan fácil era que Torres se confió y remató al palo. No sería la única que perdonaría el Atleti. Justo al final de la primera parte lo haría otra vez, cuando Carrasco estampó el balón en el cuerpo de Rulli cuando por delante sólo tenía red. A dos metros estaba. La Real había probado un balón antes a disparar entre los tres palos. Fue William José, todo ternura hacia las manos de Oblak.

Al volver de la caseta, Eusebio lanzó una carta sobre el verde, Oyarzabal: con él buscaba verticalidad. Los dos equipos volvieron al intercambio de golpes. Si una jugada de Vela terminaba con falta de Canales enviada a la barrera en un área, en la otra, un carrerón de Juanfran toda la banda terminaba con otra volea de Filipe. Todas las jugadas del Atleti las finalizaba él. Qué escándalo de jugador.

El partido había vuelto al principio, dominio de la Real. Que ahora ya atacaban más cerca de Oblak, casi a los pies, pero aún sin colmillo ni ocasiones. Todo lo contrario que el Atleti. Cada vez que tenía el balón era una flecha hacia Rulli. Pero Correa (que entró por Griezmann) tampoco aprovechó un balón de Torres que le dejó mano a mano ante Rulli cuando el partido ya llevaba veinticinco minutos en la nada y Simeone ya alzaba los grados en la grada pidiendo calor. El Atletiii, Atlettii llenó el aire y recargó de fuego las botas rojiblancas. El partido terminaba como comenzó, un equipo encimando a otro, ahora el Atleti a la Real. Si no subió al marcador es porque Carrasco y Giménez se toparon con otras dos soberbias paradas de Rulli. El Atletiii seguía llenando el aire cuando el árbitro pitó el final la quinta última tarde de Liga del Calderón en su historia.

El siguiente rival es el Madrid y hacia el Bernabéu un rojiblanco ya corre, Speedy Filipe.

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