Matthews gana el esprint de País Vasco y caída de Contador
Alberto ha entrado a 1:04 pero no le pican tiempo: "A falta de 700 metros dos corredores fueron rectos y salí tras ellos, luego, por suerte, caímos en una zona de césped. Menos mal, porque nos hemos salvado de una dura caída".
La Vuelta al País Vasco invita al esprint, gracias al trazado más suave de las últimas ediciones, y desde el minuto uno siguió el guion previsto. Pero con matices. El australiano Michael Matthews se exhibió en una llegada muy peligrosa, por una rotonda a 250 metros para la línea de meta que dibujaba un codo de 90º y se anudó la primera etapa, entre Pamplona y Sarriguren, en el Valle de Egüés. El aussie culminó el trabajo desplegado durante toda la jornada de su equipo, el Sunweb, y tras salir como un cohete de ese quiebro final, vio por el retrovisor a sus compatriotas Jay McCarthy (Bora) y Simon Gerrans (Orica).
El final salpicó unas cuantas trampas por el recorrido entre el kilómetro siete y dos. Uno de los que se vieron afectados por esas dificultades fue Alberto Contador, que llegó a la línea de meta con 1:05 de retraso, pero muy tranquilo sabiendo que no le iban a picar tiempo, como así fue. “A falta de 700 metros dos corredores se fueron rectos y salí tras ellos, luego, por suerte, caímos en una zona de césped. Menos mal, porque nos hemos librado de una dura caída”, dijo el pinteño en línea de meta, para agregar que había “salvado el día con tranquilidad”.
Quien sí cedió tiempo, en concreto 2:19, fue uno de los candidatos a meterse en la pelea con las grandes estrellas, el francés Alaphilippe, quien pinchó en la rueda trasera después de atacar en un repecho a 4,5 km de meta y coger unos segundos que le impulsaban hacia la victoria. La carrera comenzó con la sorprendente retirada de San Bennett, el esprinter irlandés del Bora, inscrito en los últimos días y entre los favoritos a la victoria al menos en las dos primeras etapas. Se bajó de la bici en el kilómetro uno por una bronquitis y en el 5 se gestó la escapada del día, con Lluis Mas, Igor Antón y el francés Yoann Bagot.