Sin querer
El ciclista belga, campeón del mundo más joven en 1934 con 20 años, ganó esta prueba en 1939, sin querer. Su idea era entrenar para la París-Roubaix. Como su intención no era terminar la prueba si no encontrarse en el Kwaremont con su entrenador, Kaers se fugó al inicio y llegó con 1 minuto de ventaja a ese punto. Al no estar el coche de su entrenador, siguió y terminó ganando la carrera en solitario. Su entrenador había llegado hasta la meta para que su pupilo no abandonara la competencia.