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43 faltas, cero expulsiones... y 4 partidos para Messi

Queda claro con la sanción de cuatro partidos a Messi que los caminos de la FIFA son inescrutables. En un partido con ninguna expulsión pese a las 43 faltas (27 de Argentina y 16 de Chile) en el que el cinco veces Balón de Oro fue perseguido en el inicio por Aránguiz (tarjeta amarilla) y por varios jugadores más de Chile con entradas ciertamente peligrosas para su integridad, el resultado final es que a Messi le cayeron cuatro partidos de sanción por su salida de tono con el asistente en uno de los castigos más extraños que se recuerdan. El acta oficial del partido no reflejó ninguna conducta excesiva de Messi. La FIFA, no obstante, quiso elaborar un informe adjunto. Pero ni el colegiado Sandro Ricci ni sus asistentes Emerson Carvalho (el afectado), Marcelo do Cavalho y Dewson Freitas da Silva fueron capaces de concretar ningún insulto del jugador argentino.

Diferencia con el Barcelona-Eibar

Aun así, la FIFA insistió en castigar de oficio a Messi con cuatro partidos a partir de un vídeo, o eso se infiere, en el que el argentino le dice “la concha de tu madre” a Emerson Augusto de Carvalho. En España, la misma expresión a un asistente de Del Cerro Grande sólo le costó dos partidos de sanción a Mascherano en octubre de 2015. Fue en un Barça-Eibar y Competición lo consideró un menosprecio. En el fondo, la sanción es una bendición para el Barça, porque Messi se evita un partido en la incómoda altura de La Paz y, advirtiendo que está sancionado para el partido ante el Granada, tendrá dos semanas para refrescar las piernas antes de enfrentar la trilogía Sevilla-Málaga-Juventus. Pero no es este el fondo del asunto.

Mientras la FIFA se piensa cómo salir de lo que se antoja un exceso (la sanción podría ser rebajada en las próximas semanas), Messi tiene un vecino en Castelldefels que le podrá contar historias así. El lamentable mordisco a Chiellini le costó a Luis Suárez ocho partidos y, lo que más le dolió, cuatro meses sin poder tomar parte en actividad alguna vinculada al fútbol. Suárez rompió para siempre con la FIFA (“jamás iré a una gala”). A Messi le han tocado su sueño más preciado: llegar a Rusia para tener la, seguramente, última oportunidad de ganar un Mundial.