¿Alonso debe irse a casa...? ¿Para qué?
No perder la motivación, trabajar duro cuando las cosas se ponen más feas. Fernando Alonso responde rotundo a las preguntas de Manuel Franco en la entrevista de AS. No se esconde, no busca excusas. Él es piloto de carreras y trabaja al límite de sus posibilidades en los buenos y en los malos momentos. Acepta que la F-1 no son matemáticas y que la opción no es quejarse constantemente. Lo único que sabe hacer, quiere hacer y puede hacer es seguir dando lo máximo que tiene. Y dar tirones de orejas a los que deciden y golpes en la mesa de los jefes. Ellos pueden revertir la situación de McLaren Honda.
Mucha gente piensa que para no entrar en Q3, para abandonar, para no poder exprimir esas talentosas manos al volante sería mejor irse a casa. Marcharse... ¿para qué? Dice Alonso. ¿Para ver las carreras en la tele?, ¿para llevar una vida de persona normal?, ¿para jubilarse con 36 años...? Alonso es un piloto de carreras, uno de los buenos. El más rápido en las curvas, como él mismo dice. Confianza ciega en sí mismo y ese ego necesario para triunfar en un mundo de valientes. Esa motivación que le hace seguir luchando por mejorar milésimas en sus tiempos, aunque eso sólo signifique poder luchar por arañar unos pocos puntos en el mejor de los casos.
Se queda en la F-1 porque gana mucho dinero, apuntan algunos. Es cierto que tiene un sueldo astronómico, pero no daría ni un céntimo de él para tener un motor mejor que esa unidad de potencia de Honda que tantos quebraderos de cabeza ocasiona en Woking y en los millones de aficionados españoles, y de todo el mundo, que ansían volver a ver al bicampeón asturiano luchando por los puestos que merece: por podios, victorias y títulos. Quizá nunca vuelva a ocurrir, pero sin duda no será porque Fernando no siga esforzándose como cuando peleaba en la base del kárting. No se arrepiente de las decisiones tomadas y sabe que él no ha fallado en el proyecto McLaren Honda. Desde Japón deben reaccionar pronto.