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EXPANSIÓN DEL FÚTBOL EN CHINA

China invierte dos mil millones de euros en comprar clubes en Europa y otros mil en fichajes

Tiene un plan de Estado para organizar un Mundial y ganarlo en un plazo de 25 años. Sólo ha participado en una Copa del Mundo, en 2002.

La escuela de artes marciales de Tagou, en la provincia de Henan, ha creado un programa futbolístico en el que participan más de 1.500 aspirantes a jugadores.
NICOLAS ASFOURIAFP

China chuta a puerta. El gigante asiático se ha propuesto organizar un Mundial y formar una selección capaz de ganarlo. Se ha dado un plazo holgado: 25 años. El ideólogo es Xi Jinping, presidente del Partido Comunista (PCCh) y líder del país. Xi ve en el fútbol una herramienta estratégica para posicionarse en Occidente. Una excusa para socializar con el resto del mundo. Por eso ha iniciado una triple ofensiva: formar jugadores a granel, llevar a la Súper Liga fichajes de relumbrón que aumenten el interés del país por el fútbol y comprar clubes en Europa para que los elegidos completen su formación. La inversión es ilimitada. “Si Uruguay ha sido campeón del Mundo con poco más de tres millones de habitantes, China, con más de mil trescientos millones, también puede lograrlo”, es la idea de Xi Jinping.

Hasta la fecha, China ya ha comprado o tiene un porcentaje accionarial en quince clubes en Europa con una inversión de más de dos mil millones de euros. Entre estos clubes hay históricos como Aston Villa, Inter, Slavia de Praga y el Atlético. El siguiente objetivo debería ser el Milán, pero la operación está en punto muerto por un problema diplomático.

Además de la inversión en clubes, China también ha tirado de cartera para potenciar su Súper Liga. Según los datos del Sistema de Gestión de Traspasos de la FIFA (FIFA-TMS), China ha multiplicado por nueve el dinero invertido en futbolistas extranjeros desde 2012 hasta casi los mil millones. Esta temporada la Súper Liga cerró el mercado de fichajes con un nuevo récord histórico de gasto. Los 173 movimientos que ha habido han supuesto una inversión de 376 millones de euros. El invierno pasado esta cifra se situó en 344, por lo que el incremento ha sido de 32 millones. A Tévez, ex de dos potencias como Juve y United, le convencieron con un contrato de 40 millones por año, casi el doble de lo que Cristiano gana en el Madrid y Messi en el Barça.

Pero la política de fichajes cambiará a partir del curso que viene para adaptarse al plan tripartito de Xi Jinping, que pasa por la cantera y la formación tras la inversión en fichajes-reclamo y compra de clubes-nodriza. A partir de 2018 el cupo de extranjeros pasará de cuatro, más uno asiático, de este año a tres en total, incluyendo el asiático, en años venideros.

El Evergrande, club en el que el Madrid montó una escuela de la mano de su socio, Soxna, la empresa española pionera en la formación de jugadores chinos tanto en su país como en el nuestro, destaca por su volumen de inversión. Una cuarta parte de los cien millones que China invirtió en fútbol en 2014 salieron del grupo Evergrande, que dispone de recursos casi ilimitados por el boom inmobiliario en el país. El Guangzhou Evergrande Football Club es propiedad de dos de los conglomerados empresariales más potentes del mundo: la inmobiliaria Real Estate (60%) y Alibaba (40%), el líder mundial en comercio electrónico. Sus dueños son dos próceres de los negocios internacionales: Xu Jiayin y Jack Ma. Detrás del éxito de ambos está el PCCh. Porque no hay que olvidar que en China el Estado es todo, o casi. Los que progresan lo hacen a su sombra. El perfil de los hombres que China ha ido colocando al frente de su participación accionarial en los clubes europeos es similar. Son jóvenes y muy preparados. Siguen la estela de Jack Ma (quien a sus 52 años es uno de los top-ten de Forbes) hombres como Tony Xia (40 años), propietario del 100% del Aston Villa, formado en Harvard y presidente de Recon, un holding que fabrica desde lavadoras hasta móviles; Ye Jiangming (39), CEO de China Energy y presidente del Slavia de Praga o Alex Zheng (41) poseedor del 80% accionarial del Niza y del total de la cadena hotelera más grande de China, Plateno Hoteles. Una red bien tejida por el Estado, que es el que mueve los hilos de los empresarios de éxito.

En España ya hay tres clubes que se han abierto al capital chino. El primero fue el Atlético, que vendió a Wang Jianlin (Grupo Wanda) el 20% del club por 45 millones de euros. El nuevo estadio del Atlético llevará el nombre de su socio chino y se llamará Wanda Metropolitano. Tras el Atlético, otros dos clubes cedieron la totalidad de su capital a inversores chinos, el Espanyol (Rastar Group, fabricante de juguetes) y el Granada (Desport). El Espanyol fichó gracias a los yuanes a Quique Flores, como entrenador, y a Reyes, Roberto, Jurado, Baptistao y Piatti. El Granada, por el que se pagaron 37 millones de euros a la familia Pozzo, dueña del Udinese y pionera en la creación de clubes nodriza, no cambió su política que es la de revalorizar a jugadores menos conocidos en Europa.

Pero si se cumple el plan de Xi Jinping en las dos próximas décadas, tanto en estos equipos españoles como en otros en Europa, comenzarán a llegar jugadores chinos, los más destacados de las escuelas de Evergrande, sobre los que el presidente de China quiere construir un equipo capaz de ganar un Mundial, torneo en el que sólo ha participado una sóla vez, en 2002, de la que se marchó con tres derrotas, cero puntos, ningún gol a favor y nueve en contra. Estos son los datos que no digiere Xi Jinping, y por lo que ha puesto en marcha la maquinaria del PCCh. Si el plan no funciona, que Uruguay ponga sus barbas a remojar...