Historia NBA: Nowitzki, sexto jugador que supera los 30.000
Necesitaba 20 y le sobraron dos cuartos. El ala-pívot alemán, uno de los mejores de la historia, dio un verdadero espectáculo.
Lo consiguió. En el pabellón regaban camisetas conmemorativas y Dirk Nowitzki no defraudó. Los 20.424 aficionados que se dieron ayer cita en el American Airlines Center de Dallas vieron en directo cómo el ala-pívot, uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto, sumaba su nombre a los de Kareem Abdul-Jabbar, Karl Malone, Kobe Bryant, Michael Jordan y Wilt Chamberlain. El club de los 30.000 puntos en la NBA, palabras mayores.
"Ha sido un viaje de locos, con muchas subidas y bajadas. Pero vosotros siempre habéis estado a mi lado y hemos llegado hasta aquí. Ojalá lleguen muchos más", dijo el alemán tras el partido, dirigiéndose al público, a la ciudad de Dallas y a todo aficionado a la NBA. Piensa jugar otra temporada más (serían 20).
¡Qué espectáculo!
Como si el guión estuviera escrito, Nowitzki arrancó el partido como en sus mejores días. Anotó los primeros ocho de su equipo y llegó sin fallo hasta los 16 puntos (6/6) en un primer cuarto que cerró con 18, a solo dos de la ansiada marca. Falló su primer intento, pero no el segundo. Recibió en lado derecho, en el poste, y, con el público en pie, repitió paso por paso un movimiento que llevamos disfrutando más de 18 años: pivotó hacia dentro, uno-dos, los ojos sobre el rival y saltito hacia atrás. Tenía que ser así. La grada explotó mientras Cuban lanzaba las manos al cielo. Lo había conseguido: 30.000 puntos en la NBA. Sexto de la historia (séptimo si sumamos los puntos de Julius Erving en ABA) y tercero que lo consigue con una camiseta (Malone y Bryant).
No sé quedó ahí la cosa. Mientras el propietario de los Mavs gritaba desde su esquina que pidieran tiempo muerto, el juego continuó y, tras un par de jugadas, el balón volvió a las manos de Dirk. Recibió en la línea de tres puntos, amagó al primero y se levantó para sumar sus puntos 21, 22 y 23. Imagínense lo que supuso para una grada absolutamente entregada.
Y entonces sí: tiempo muerto, ovación cerrada, felicitaciones mil (Cuban no le soltaba, se le caían las lágrimas) y el alemán con semblante serio pero evidentemente emocionado.
Acabó el partido con 25 puntos, todos en la primera mitad, y sus Mavericks sumaron su tercer triunfo consecutivo y el quinto en seis partidos. Los Lakers perdieron su octavo partido seguido pese al triple doble de Julius Randlle (13+18+10) y a los 44 puntos que repartieron entre D'Angelo Russell y Jordan Clarkson. Pero poco de eso importaba ayer. Ayer fue el día de Dirk Nowitzki, el día de los 30.000. Otra noche histórica y de emociones fuertes, otra noche de NBA.