Carmelo (37) salva a los Knicks en el último segundo; Willy, 11+9

Una nueva derrota vergonzosa amenazaba la gran manzana. Con los Sixers en la ciudad y el futuro de ambas franquicias vestido de traje (Kristaps Porzingis, tobillo, y Joel Embiid, rodilla), los locales dejaron escapar una ventaja de 17 puntos y cayeron detrás después de una gran canasta de Jahlil Okafor a nueve segundos del final. La remontada visitante, muy parecida a la que consiguieron cuando los dos equipos se enfrentaron en Philadelphia hace aproximadamente mes y medio (un partido que ganó TJ McConnell sobre la bocina), hubiera significado, además, que los neoyorquinos cedieran su duodécima plaza en favor de los mermados Sixers del eterno Proceso. El desastre...

Pero entonces apareció Carmelo Anthony para salvar las vergüenzas locales. Aunque solo fuera por un día. El alero, siempre entre los mejores en los momentos decisivos, recibió el balón, se hizo hueco en el lado izquierdo de la cancha (movimiento marca de la casa: había anotado desde la misma posición con un minuto en el electrónico) y no falló. Game Over.

Los 37 puntos de Melo, que empezó como un ciclón (17 en el primero), dieron el triunfo a unos Knicks sin cimientos a los que agarrarse. Los 11 puntos y nueve rebotes de Willy Hernangómez vuelven a entrar en el capítulo de las buenas noticias, pero ni él ni su compañero Kyle O'Quinn fueron capaces de frenar a un Jahlil Okafor que fue una pesadilla en el poste. El ex de Duke, que no ha salido de Philadelphia de milagro, cuajó su mejor partido de la temporada: 28 puntos (11/19), 10 rebotes y las últimas dos canastas de los Sixers.

Sergio Rodríguez no tuvo un buen día en suelo neoyorquino. El base canario anotó dos puntos en 15 minutos y falló siete de sus ocho intentos.