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Deportivo Cali

En sus 40 años, las locuras y el juicio de Máyer Candelo

“El juego de azar me llevó a quedarme sin una moneda, ni para una gaseosa”. También habló de su barrio, las veces que estuvo cerca de la muerte. Sus inicios en el Cali, su título con América…

Cali
En sus 40 años, las locuras y el juicio de Máyer Candelo
Colprensa

Salió de la pobreza, regresó a ella; tuvo una nueva oportunidad y no la malogró, se consolidó hasta hacerse longevo en el fútbol. Máyer Andrés Candelo hoy es el espejo en el que muchos jóvenes futbolistas desean mirarse. Mantiene innata su técnica y tiene la sabiduría de los años, la sagacidad que le permitió haberse criado en un barrio popular.

Este lunes, en la sede de Pance, en la celebración de sus 40 años de vida, ‘el Irreverente’ se descubrió en dialogo con AS Colombia.

De La Pava dice que hay que hacerle un reconocimiento por las condiciones adversas en las que se levantó…

“Sí, no ha sido fácil, porque me crie en un barrio bajo en el centro de Cali, donde hay muchas dificultades, pero soy un agradecido por las personas que han estado alrededor mío durante estos 21 años de carrera como futbolista; me han hecho cambiar el chip, para llegar hoy a mis 40 y seguir jugando a un nivel alto y en una institución como el Deportivo Cali, que es un lujo para mí porque soy hincha, es la mejor de Colombia. Dios nos da enseñanzas y salir de un barrio bastante pesado, ha sido una de las mejores que he tenido; son pocas las personas que lo logran. Uno en esos barrios ve de todo y cuando te dejás llevar del entorno, cometés errores”.

¿Vio cerca la muerte en alguna oportunidad?

“Muchas veces, porque hacés locuras en tu barrio o con amistades, y llegás a momentos difíciles. Gracias a Dios estamos aquí y vamos a seguir en este camino que es maravilloso”.

¿Qué lo hizo reflexionar?

“En el barrio donde vivía, se veía mucho el juego de azar, y eso me llevó a ganar mucho dinero en el fútbol y a perderlo en el juego, y quedarme en un momento sin una moneda, ni para una gaseosa, no tenía ni para la lonchera de mi hija. Eso fue en el 2003-2004. Estaba sin equipo, me habían operado la rodilla… eso me hizo cambiar el chip. Le hice una promesa a Dios y le pedí que me alejara de todos los juegos, y estoy muy agradecido porque Dios siempre me ha brindado segundas oportunidades. Todos fuimos jóvenes, nos equivocamos y tuvimos un momento oscuro, afortunadamente pude salir”.

¿Por qué se hizo hincha del Cali?

“Desde que nací. Siempre me llevaron al estadio a ver al Cali y desde allí nació esa pasión. En ese tiempo íbamos a gorriones, al lado de muchos ‘gamines’ y había que ir a pelear y a bravear para permanecer en esa tribuna. Menos mal, siempre fui enano y podía entrar”.

¿Quién lo trajo al Cali y cómo hizo para mantenerse?

“Me trajeron a los 8 años, Iván Restrepo, un profesor que vivía en mi barrio, en Bretaña, me llevó a las canchas Panamericanas. Desde ese entonces inicié el camino en el Deportivo Cali”.

¿Tenía guayos para ese primer entrenamiento?

“Nooo, eso ni sabíamos qué era, pero son cosas maravillosas, bonitas que uno vive en el fútbol: con guayos rotos, prestados, descalzo, en tenis. En esa oportunidad, esa cancha del Panamericano era tierra y a las 3 de la tarde venteaba y se levantaba el polvo. Hoy quedan las alegrías de ver que me puedo poner los mejores guayos, que puedo andar en un buen carro y que mis hijas están bien y estudiando. Son cosas que este maravilloso fútbol me ha dado para estar disfrutando hoy hasta los 40 años”.

¿Hubo algún técnico que lo relegó por su baja talla o por su delgadez?

Hubo un técnico que me dijo que era un ‘langaruto’, que no podía jugar fútbol, porque era muy enano y que las condiciones no me daban. No voy a decir el nombre del técnico, pero me generó un reto grande, para continuar jugando”.

En esas condiciones adversas iniciales, supongo que no eran tan felices los cumpleaños…

“En esos momentos, no. Mi cumpleaños más triste lo viví hace tres años, mi mejor amigo falleció ese mismo día, hoy (20 de febrero) está cumpliendo 3 años de muerto. Era un amigo verdadero”.

Por cierto, ¿qué recuerda de Martín Zapata?

“Lo máximo, en esta misma Casona de Pance compartimos durante seis años con Martín, en la misma habitación; me enseñó a crecer, a ser persona, a tratar bien a la gente, éramos como hermanos”.

¿No fue su deseo jugar en América?

“Nosotros somos profesionales. Fui al América, trabajé con respeto y alcancé a quedar en la huella del América, con un título, que lo ganamos con Jaime De La Pava. Gusten o no, estamos en la huella del rojo”.

¿Se sintió extraño cuando se puso la roja?

“Claro. Es algo que no deseabas, porque decís que sos hincha del Cali y compartís otras cosas, pero el fútbol da muchas vueltas y te lleva a vivir en todos los entornos. Me tocó estar ahí y estoy agradecido porque en el tiempo que estuve, me trataron muy bien”.

¿Cómo lo convenció  De La Pava de continuar en el fútbol?

“Yo ya me había retirado (finalizando el 2015), hablé con ‘Nacho’ Martán y con Jaime De la Pava (Presidente y DT del Cortuluá, respectivamente). Me dijeron que todavía podía aportar mucho y les agradecí esa oportunidad, que sirvió para estar aquí en el Cali”.

Sigue la narración Deportivo Cali vs Santa Fe

En sus 40 años, las locuras y el juicio de Máyer Candelo
Mayer Candelo
  • centrocampista
  • Colombia