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América de Cali

Iván Vélez y sus lágrimas por el sentimiento americano

El lateral del América, le contó a AS Colombia, las veces que lloró por su traumática lesión, al ver al exarquero de Chapecoense con su pierna amputada y cuando se dirigía nuevamente al Pascual, con la roja.

- Sigue la narración del partido Equidad-América en vivo

Iván Vélez es lateral del América.
Diego PinedaColprensa

Cuando el auto bus del América asoma en la Avenida Roosevelt inicia el estallido. La barra popular corea a sus gladiadores, corren acompañando al Scania hasta el ingreso al templo de San Fernando. Iván Vélez lo está reviviendo. Lo empezó a sentir con pasmo desde 2007, cuando llegó al rojo, impulsado por el técnico Diego Umaña, quien lo había dirigido poco antes en el Deportes Quindío. Se le volvió a erizar los poros de su piel, el pasado sábado, camino a enfrentar a otro de sus ex, Junior de Barranquilla, donde padeció el más severo dolor en sus 32 años de vida.

“Me reconstruyeron el ligamento colateral lateral y me suturaron los dos cruzados. Eso fue en mayo de 2013, tres meses después me hicieron la segunda cirugía, que fue la más difícil, fue una fractura intencional, para enderezarme la pierna; fue mucho el dolor. Y la tercera fue en enero de 2014. Muchos decían que difícilmente volvía a jugar, pero nunca dejé de tratar de superarme, sin saber si el ejercicio que estaba haciendo servía o no. Muchos de mis compañeros me decían que con una lesión así no insistirían. Me tocaba hasta dormir con un aparato a mi medida que hicieron en Estados Unidos. El médico Carlos Uribe me dice que presentó el caso ante la FIFA y soy el único jugador que ha vuelto luego de una luxación de rodilla, con compromiso de los dos ligamentos cruzados y el colateral lateral. Si se me hubiera roto la arteria, me hubieran tenido que amputar la pierna”, resumió Iván Vélez sobre la lesión -el 18 de mayo de 2013, jugando con Junior, frente a Millonarios, en El Campín; saltó a cabecear un balón, apoyó mal y se le destrozó la rodilla-.

Por eso, cuando observó Jackson Follman, el exquero de Chapecoense, uno de los sobrevivientes del siniestro y quien como consecuencia perdió una de sus piernas, “se me vinieron las lágrimas, abracé a mi hija y le di gracias a Dios, porque la ilusión de él quedó allí”.

Iván Vélez volvió a llorar, el pasado sábado, cuando el auto bus del América se asomó a la Avenida Roosevelt y la hinchada popular los alentó con sus cánticos. Vivió una regresión. “Se me vinieron las lágrimas cuando iba llegando al estadio. Recordé a mi madre (Dely Castillo), quien falleció hace cuatro años. Por ella me quedé en el América luego de que salimos campeones (Finalización de 2008). Tuve la opción de ir a Santa Fe y al Nacional, donde económicamente iba a estar mejor, pero me quedé por mi madre, porque ella era hincha del equipo y volvía luego de 10 años de vivir en Alemania. No quise que ella trabajara más. Esos momentos bonitos los estoy volviendo a vivir. Estoy muy agradecido con Dios. Más derecho no puedo estar”.

En este América, dirigido por Hernán Torres, al que llegó de forma espontánea, está viviendo otra semejanza con sus inicios en el conjunto ‘escarlata’. “Cuando llegué en el 2007 había una situación parecida. El equipo estaba en riesgo del descenso, además, no pagaban. Empezamos el campeonato perdiendo con Chicó, y mi compadre John Valencia me dijo, ‘donde nos metimos´”.

En aquel Finalización de 2007, un empate (1-1) de visitantes frente al Cúcuta, privó al América de haber avanzado a la finalísima. El semestre siguiente llegaron a la final y perdieron frente al Chicó, y en el Finalización de 2008 lograron la estrella 13. Por ello, Vélez, un ungido por la gracia divina, confía en que América se mantendrá en los primeros lugares. El palmirano ya inició su aporte, en la jornada anterior, frente a los ‘Tiburones’, asistió a Martínez Borja para el segundo de los tres goles con los que los ‘escarlatas’ celebraron el primer triunfo en el año.

“Sé que van a ser más los resultados positivos que los negativos. Dios me trajo aquí con un propósito. Además, tenemos el respaldo de la afición. “Los partidos de América parecen de finales, se siente el fervor de la gente. Uno como hincha es feliz de que este equipo marque la diferencia”, concluyó Iván Vélez, quien repetiría como lateral izquierdo el domingo (3:15 p.m.) frente a La Equidad, en El Campín.