Tucumán ya piensa en Junior, su próximo rival en Libertadores
El técnico del equipo argentino, Pablo Lavallén, habló luego del épico partido ante El Nacional de Ecuador, donde llegaron una hora tarde.
Luego de superar uno de los partidos más difíciles en su historia Atlético Tucumán deberá pasar la página y empezar a preparar la llave ante Junior, en la tercera fase de la Copa Libertadores. El equipo argentino deberá dejar de lado el juego donde debió superar el retraso de su vuelo y no hacer calentamiento.
Una hazaña: “Todo indicaba que iba a terminar en una eliminación. Estaba todo dado para que termine en una noche desastrosa. Eso es lo que tiene de lindo el fútbol. Los jugadores cambiaron el chip rápido y eso llevó a un partido casi perfecto”.
Quedará en el recuerdo: “Cuando terminó el primer tiempo les dije que sigamos con el plan que estábamos haciendo, con calma que íbamos bien. Ellos se veían incómodos pero hicieron un trabajo que se va a recordar por siempre en Tucumán”.
La situación en el aeropuerto: “No tuvimos una explicación de por qué el avión no salía. Enseguida sacaron pasajes en una línea comercial. La aerolínea tuvo el detalle de dejarnos bajar rápido. Nos fuimos cambiando en el viaje en el micro. No teníamos confirmación que la CONMEBOL nos iba a esperar. Llegamos al vestuario pensando que capaz estábamos eliminados por llegar tarde”.
Nadie les explicaba nada: Ellos decían que faltaba un papel. Nos tuvieron una hora y media arriba del avión y después nos tuvieron en la pista y nadie se presentó. Ahí la dirigencia fue y sacó pasajes de línea. El piloto nos decía que tenían todo y en el aeropuerto no nos dejaban salir. Nos mantuvieron 3 horas en el aeropuerto y nadie nos dio ninguna explicación. Por suerte terminó todo bien”.
La ayuda del embajador: “Luis Juez, el embajador argentino en Ecuador nos ayudó mucho. Él mismo trataba de hablar en Quito para que se solucionen las cosas. Habló hasta con CONMEBOL. No hubo nada normal en lo que nos sucedió".
El rival también colaboró: “En el trayecto hablamos con la gente del Nacional, tuvieron un gran gesto, hicieron lo posible para esperarnos. Nosotros nos acordamos que estaba la selección Sub 20 cerca. Ellos pusieron a mejor predisposición para llevarnos la ropa. Muchos jugadores jugaron con botines más grandes o más chicos. Nos prestaron las camisetas. Teníamos dos jugadores que se tenían que infiltrar y no lo hicieron, jugador con sus dolencias. Es realmente para escribir una película”.
La celebración de la victoria: “Cuando llegaron los chicos al vestuario fue un momento muy emotivo. Sentía mucha presión por ser la cabeza de grupo, por más que las situaciones que tuvimos se escaparan de lo nuestra responsabilidad. Fue muy emocionante, nos abrazamos, los felicite y les dije que estaba muy orgulloso de formar parte del grupo. Les dije que se había hecho justicia por todo lo que habían hecho y por la gente que estaba ahí y la que no pudo ir. Defendieron la camiseta como nunca y sin dudas es un honor para mí estar en este cuerpo técnico”.