Enseñanzas del Dream Team

Llega el primer gran partido a cara o cruz de la temporada para el Barcelona. Se sentaron las bases para solventar la eliminatoria en una muy buena primera parte en el Calderón y en una segunda más torpe, pero que se salvó entre la ayuda de la fortuna y el esfuerzo de unos jugadores que se vaciaron sobre el campo a pesar de que se pasaron un buen rato a merced de un rival picado en su orgullo. Por tanto, parece que los pronunciamientos son favorables para que el equipo catalán acceda a su primera final. No obstante, hay una serie de síntomas preocupantes que deberían de tenerse en cuenta. Situaciones que pasaron ya hace muchos años y que tienen su remedio en las enseñanzas de Cruyff y su Dream Team, las cuales no está de más repasar. Vamos a poner tres ejemplos.

Se habla mucho de que si Messi ve una tarjeta se perderá la final. Quizás habría que recuperar para la memoria la figura del gran Guillermo Amor, uno de los jugadores más injustamente tratados por la memoria colectiva culé, que nunca llegó a jugar una final de Champions. En el partido anterior siempre vio una amonestación. Él no llegó a la final, pero colaboró para que llegara su equipo. Eso es lo fundamental. De la final se habla cuando se llega. Norma clara en ese Dream Team que sabía que cuando se enfrentaba al Atlético de Madrid el partido no estaba cerrado hasta que el autocar del equipo rival llegaba al aeropuerto. El Atlético hace cosas raras. Y ante el Barça, más. Y por último, recuerden que el que gane la semifinal de hoy, no es automáticamente campeón de Copa. Recuerden Atenas.