Federer, 3,8 km menos que Nadal

Federer ha alcanzado la final de Australia con la ley del mínimo esfuerzo. Podría decirse que gasta menos que un mechero. Es decir, ahorra energías hasta límites insospechados. De otra manera no hubiera podido llegar hasta donde ha llegado con 35 años y medio, profesional desde 1998 y con 1.549 partidos en sus piernas. Ese ahorro de energía por parte de Federer en Australia se puede medir con las modernas tecnologías. Éstas nos dicen que en los seis partidos que ha disputado ha recorrido 10.060 metros con la bola en juego. ¿Eso es mucho? Eso son 910 metros menos que sus rivales, y 3.882 menos que Nadal, éste con un partido menos. Los partidos de Federer siempre son los más cortos. Cada punto lo juega a todo y nada. Como los gana, se ha plantado en la final.

Según ha avanzado el torneo, Federer se ha puesto más en plan ahorro. Ayer, contra Wawrinka, ni siquiera iba a por las bolas que le exigían una zancada de más. Se desplazó ¡4,5 metros por punto!, cuando su media en Australia está siendo de 7,5, que es muchísimo menos que cualquier jugador. La de Nadal, por ejemplo, es de 12,4 metros. Federer, con esta estrategia, es letal. No perdona. Cuando ve a la presa herida, echa el resto. Como la fiera que sólo ataca en un radio de acción donde es seguro que hará sangre. Aunque frente a Wawrinka no exhibió la confianza de partidos anteriores. Sus golpes los acabó jugando con un margen de seguridad mayor, ante los errores no forzados cometidos. ¿Qué significa eso? Que se le va agotando el depósito. Será la baza de Nadal... o Dimitrov.