El alto precio de enero
La relación entre las lesiones musculares y la densidad del calendario se ha vuelto a observar en enero, un mes de fútbol a destajo que se ha cobrado la salud de varios jugadores del Real Madrid. El equipo ha disputado ocho partidos oficiales más esta temporada (la Supercopa de Europa, cinco de Copa del Rey y dos en el Mundial de clubes), una cifra considerable: alrededor de un 20% más de minutos que en el periodo 2015-2016, donde el Madrid se benefició, en cuestiones de descanso y recuperación de los jugadores, de la eliminación administrativa en la primera ronda de la Copa del Rey y de un verano sin competiciones oficiales.
El partido con el Málaga significaba el sexto desde la victoria sobre el Granada. Se disputó el 5 de enero. Desde entonces se ha enfrentado al Sevilla en tres ocasiones (3-1, 3-3, 1-2), al Málaga (2-1) y al Celta (1-2 en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey). Antes de que termine el mes, jugará contra el Celta en el exigente partido de vuelta y contra la Real Sociedad, que atraviesa su mejor momento de los últimos años.
Excepto en la contundente victoria sobre el Granada, el Madrid no ha tenido un partido fácil. Jugó a un ritmo trepidante frente al Sevilla en el primer partido de Copa y desde entonces no ha encontrado un momento de descanso. Tampoco se lo concedió el Málaga, que le tuvo en vilo tras el gol de Juanpi. Un gol de distancia no relaja a nadie. En las últimas tres semanas, el Real Madrid ha concedido ocho goles, siete de ellos en la segunda parte, tres en los últimos 10 minutos.
Sin duda, habrá explicaciones futbolísticas, puramente tácticas, para explicar el desequilibrio entre los goles recibidos en una parte y otra, pero no conviene descartar el cansancio. El segundo tanto en la derrota con el Sevilla se puede explicar desde la fatiga (Benzema), distracción (los medios defensivos por delante de Benzema) y mal cálculo (Keylor Navas). En esos instantes el Madrid estaba embotado. Algo parecido ocurrió contra el Celta y con el Málaga. La jugada que precedió al gol de Juanpi fue típica de un equipo con las piernas pesadas.
Nada de lo que le sucede al Madrid es extraño. La acumulación de partidos deja huella en los equipos sometidos a un calendario tan exigente. El problema más grave es el impacto de las lesiones musculares, asociadas inevitablemente al desgaste. El Madrid jugará los próximos partidos sin Carvajal, Marcelo y Modric, tres jugadores fundamentales, casi insustituibles por sus características. Los tres han sido víctimas de roturas musculares en enero, en el meridiano de la temporada, cuando falta media Liga, cuatro rondas (siete partidos) de la Liga de Campeones y cuatro encuentros de la Copa del Rey, incluida la final.
A este Everest comienza a enfrentarse el Real Madrid sin sus dos extraordinarios laterales, dos de los más influyentes del mundo en las acciones de ataque. No hay posición menos cubierta en la plantilla que la de Marcelo, cuya aportación ofensiva es muchas veces superior a la de los centrocampistas y delanteros. Carvajal tiene dos sustitutos naturales, pero Danilo vuelve a ser el apocado defensa de sus primeros días en el Madrid. Aunque Nacho es un defensa de cuerpo entero, la toca apagar demasiados fuegos en demasiados lugares.
La lesión de Modric afecta al nervio más sensible del equipo, el de la arquitectura del juego. Cada vez que el jugador croata se ha lesionado, el Madrid ha vivido entre el miedo y la nostalgia. Las ausencias de Modric han sido más dolorosas que las de Bale, por citar a una estrella que invita menos a la preocupación cuando se lesiona. Afecta menos al gobierno del equipo. Modric, Carvajal y Marcelo son las costosas consecuencias del inclemente enero en el fútbol español, un mes que suele propiciar notables consecuencias para el resto de la temporada.