Este Atlético tiene fisuras
Bielsa tenía buen ojo: sólo pidió un fichaje a Urrutia, el del entonces realista Griezmann. San Mamés fue su rampa de lanzamiento y sigue jugando en él como en el salón de casa. Pero este Atlético no es el de años atrás, tiene fisuras. Basta mirar sus puntos. Un Athletic con bajas importantes, entre ellas las de su portero titular, le tuvo contra las cuerdas con merecimiento. Valverde, por fin, ha devuelto a Iturraspe el timón. Y se demostró lo que ya se sabía, que Muniain es futbolista interior. Falta un guiño a Susaeta, que entró tarde, cuando Williams llevaba fundido un cuarto de hora y Filipe tiraba lo suyo.
Txingurri, una garantía en las segundas vueltas, sacó chispas al equipo con los eléctricos Lekue y De Marcos. Fue preparando obstáculos a un Simeone al que le salvó su príncipe azul. Tuvo que ser una individualidad, ya que como colectivo, el Athletic fue mejor. Capítulo aparte para Raúl García, con un notable partido. Más allá de su pase medido en el gol, jugó con hambre y malas pulgas.