El Sevilla gana de visita y sigue segundo a un punto del Madrid
Los de Sampaoli empataron un 1-0 y remontaron un 2-1 ante Osasuna. Doblete de Iborra, gol polémico de Vázquez y final de Sarabia para redondear la mejor primera vuelta de su historia.
Apoyado en su inquebrantable fe, la que le permitió reponerse a los golpes del 1-0 y el 2-1, autogol para más inri de Iborra, el Sevilla levantó un partido durísimo en Pamplona y confirmó la mejor primera vuelta de su historia (42 puntos) y su candidatura a todo en esta Liga. Se lo cree tanto el Sevilla que su convicción le dio otra vez tres puntos en el tramo final. Una victoria con picante y polémica.
El 2-3 de Franco Vázquez vino precedido de un empujón a Oriol Riera que el jugador criado en La Masia protestó en una mezcla de frustración e impotencia. Se hunde Osasuna, que ante el Sevilla puso rabia, compromiso y fútbol. Pero que acabó exhausto, sin ningún botín y se sintió perjudicado, seguramente con razón en esa acción del Mudo. Con el tercer entrenador de la temporada, Vasiljevic, termina la primera vuelta colista. Demostró que aún tiene constantes vitales porque apretó con todo a uno de los mejores equipos del campeonato. Insuficiente ante la pegada de ese boxeador que nunca cae, el Sevilla.
Osasuna salió con el cuchillo entre los dientes, agarrado a una atmósfera al fin caliente que recordó la de los mejores tiempos de El Sadar. Peleó cada milímetro del césped (en muy mal estado, por cierto), protestó cada jugada, se fajó y sacó de sus casillas al Sevilla, desconectado sin dos de sus principales generadores de juego, Nasri y Vitolo. Y bastante acomodado.
En un balón de banda, Rami se saltó a la torera los códigos de un defensa y, por no conceder un córner, permitió un centro de Roberto Torres que Sergio León, más rápido que Mercado, convirtió en el 1-0. Lo merecía Osasuna, más vivo y con más amor propio que el rival. Con el césped imposible para practicar fútbol, Sampaoli lo había fiado todo a la segunda jugada y a la conexión en la izquierda de Escudero, Jovetic y Franco Vázquez. Sin resultado. Sergio Rico le salvó el 2-0 al Sevilla con una reacción imponente a un disparo maligno y a quemarropa de Sergio León. Luego, salvaría otro tiro libre de Roberto Torres.
Pareció que el Sevilla había tirado la primera parte a la basura cuando Iborra irrumpió en el balcón del área de Osasuna y se inventó una volea casi acrobática que se estrelló en el palo. Con fe, persiguió en el área el rechace y aprovechó la asistencia de Jovetic, que ha caído de pie en Sevilla. Dos toques de izquierda, el 1-1 y un partido abierto. Demasiado poco botín para la primera parte de los rojillos. Demasiada frustración en El Sadar.
El Sevilla se fue al vestuario con la lección aprendida. Para ganar en Pamplona habría que arremangarse. Pero Osasuna apretó un poco más la tuerca y se encontró con un afortunado 2-1. Un remate de Iborra imparable para Rico, que está para la Selección y para lo que sea. Pero no hay golpe que tire a la lona ni para el que no tenga respuesta el Sevilla. El mismo Iborra reaccionó con rabia a su autogol con un cabezazo después de una buena conexión entre Jovetic (determinante de nuevo en el partido) y Ben Yedder, que han hecho migas en sus primeros días en Sevilla y, de plazo, han desplazado a Vietto de las alineaciones.
A Osasuna, fuera de sí por las decisiones de Estrada Fernández (una de ellas surrealista cuando señaló un fuera de juego que el asistente no le marcó y se vio obligado a parar el partido para señalar un bote neutral) le pudo el cansancio en el último tramo del partido. El Sevilla empezó a tener más presencia y jugó más en el campo rival. Sampaoli volvió a tocar bien la tecla de los cambios. Sarabia, decisivo, sacó el córner del polémico 2-3 y le puso la rúbrica al partido con otro gol de clase y buen golpeo. El que firmó la mejor primera vuelta de la historia de un Sevilla que amenaza con lo imposible.