La madurez continua de Berizzo

Llegó a Vigo con mimbres de gran entrenador y sacó buena nota en su primer curso en el banquillo céltico, aunque dejó algunas lagunas. Berizzo cometió el principal pecado en Copa. El Celta iba por la parte limpia del cuadro (sin Madrid, Barça, ni Atleti en el horizonte) y despreció el torneo del KO. Fue muy criticado por ello, pero aprendió del error. Y de qué manera. El año pasado llegó a semifinales, después de eliminar al Atlético. Y ahora acaba de firmar otra gesta épica en la capital, con una lección táctica propia de los grandes entrenadores. El Celta no fue el Celta eléctrico de siempre, pero no lo fue por elección propia, porque ayer no tocaba desmelenarse. Ayer tocaba ser comedido, actuar con cabeza. Había que desactivar al Madrid desde el orden y lo hicieron a la perfección.

El plan olívico era no perder nunca la compostura. Cada pieza tenía que estar en su sitio y esperar a que el rey Aspas pusiera en jaque mate al Real Madrid. Y así fue. El moañés nunca falla. Volvió a ser decisivo en un escenario cinco estrellas. Su influencia en el juego céltico es suprema. Primero definió ante Casilla y luego entregó una magnífica asistencia a Jonny para sellar la victoria. El Celta cobra ventaja y sigue sin despertarse del sueño. Quizás el ansiado título pueda llegar en 2017.