El gol de Jovetic aún le pesa al Madrid
Ese gol de Jovetic le hizo mucho daño al Madrid. Perdido el combustible de la imbatibilidad, se ha evaporado bruscamente el entusiasmo y la confianza que le llevaron a eso. Los clásicos en boxeo lo llamaban ‘aprender a caer’. Un boxeador gana y gana combates, se siente invencible y de repente le entra una mano, cae y pierde por K.O. A partir de ese día, le ‘duelen’ más los golpes, se le aflojan las piernas cuando los recibe, y cae con relativa facilidad. Ha aprendido a caer. Esa pinta me dio ayer el Madrid, tan diferente de aquel de hace muy poco, cuando festejó el 3-3 copero en Sevilla como si fuera un título, porque prolongaba el récord.
Y encima, enfrente estaba el Celta, ese equipo bien montado por Berizzo, que aguantó atrás, cerró caminos y buscó salidas, generalmente por la izquierda, por Bongonda, que llevaron peligro. Durante la primera parte, el Madrid aún se movió bien, hizo su juego, llegó a remate. Pero en la segunda fue a menos y el Celta ganó en seguridad. Se adelantó, en otra escapada de Bongonda que cogió desajustada a la defensa del Madrid; Marcelo despejó a la remanguillé, el balón le cayó a Iago Aspas, y para dentro. Fue su decimotercer gol en sus últimos trece partidos. El Madrid reaccionó, se fue al ataque y no tardó mucho en empatar Marcelo. Pero...
Entre el gol de Marcelo y el 1-2 de Jonny Castro no pasó ni un minuto. Fue prácticamente en el saque de centro. Gol mal cantado, diría Bilardo. Pero lo peor del Madrid vino a partir de ahí: no tuvo juego ni energía para zarandear el área del Celta en uno de esos finales tan gratos a su afición. Morata y Benzema, entrados sobre la marcha, no aportaron nada. Cristiano aún anda buscando las claves de su nueva posición. No entró el gol y ocasión clara sólo hubo una, que Benzema falló clamorosamente. En fin, segunda derrota en cuatro días, después de nueve meses largos sin perder. Y un partido de vuelta tremendo a la vista.