El tenis comienza a lo grande
Es curioso lo del tenis. Comienza todos los años a lo grande. Con un Grand Slam nada menos. Y en Australia, cuyo continente supone para la mayoría de los jugadores tener que irse hasta las antípodas. Se celebran algunos torneos previos a este Abierto de Australia, pero de categoría menor, en los cuales los mejores tenistas no suelen participar. Prefieren ultimar su preparación en torneos de exhibición. Afrontan, por tanto, esta primera gran competición de la temporada en un estado de forma prácticamente desconocido. Aunque luego, a la hora de la verdad, sorpresas las justas: cinco victorias de Djokovic en los últimos seis años, y desde 2009, Djokovic, Murray, Federer o Nadal han estado siempre en la final, a excepción de 2014, en la que se metió, y ganó, Wawrinka.
Este año hay varias dudas por resolver. La primera, saber si Murray podrá defender su condición de número uno del año. Favorecido en 2016 por un pequeño bache de Djokovic, la lesión de Nadal y la progresiva desaparición de Federer, sumó los puntos necesarios para acabar oficialmente como el mejor jugador del Mundo. Ahora para mantenerlos tendrá que obtener un rendimiento similar al de la temporada pasada. Le va a ser complicado. Djokovic no se ha rendido, Nadal ha regresado y Federer va a seleccionar con mucho cuidado sus apariciones sobre la pista. Australia nos va a dar las primeras claves. El año 2016 nos dejó un top-10 un tanto extraño, y hay que clarificarlo: Murray, Djokovic, Raonic, Wawrinka, Nishikori, Monfils, Cilic, Thiem, Nadal...