Alberto Contador: "Iré al ataque, pero con cabeza"
Alberto tuvo una jornada intensa en la concentración de Palma. Presentó el nuevo maillot del Trek-Segafredo y se entrenó más de cinco horas. Esta fue su conversación con AS.
-Apenas había pasado media hora de este 2017 cuando le vimos en un vídeo, con una copa en la mano, para presentar su nuevo maillot. ¿Cuál es su gran deseo este año?
-Sobre todo que no tenga mala suerte y que llegue en óptimas condiciones a la primera parte de la temporada y luego al Tour.No soy una persona que crea en la suerte, pero cuando me lo dicen, yo respondo: ‘Mira, yo no quiero suerte, sino no tener mala suerte’.
-Y en el fondo de ese deseo: el Tour de Francia.
-Evidentemente es la carrera más importante de la temporada para mí. Pero eso no significa que sea la única. Voy a competir con ilusión en un primer bloque: Andalucía, París-Niza, Catalunya y País Vasco. El equipo se ha fortalecido también este año pensando en la clasificación del World Tour y es importante tener un buen papel en estas carreras. En cuanto al Tour, hay que llegar al cien por cien para pelearlo.
-En las grandes vueltas que ha ganado, siempre se vio a un Contador dominador. Ahora, con los años, la afición empieza a verle menos dominador y más agitador. ¿A qué Contador veremos esta temporada?
-Eso lo decidirá la propia carrera. De lo que estoy concienciado es de que tengo que llegar al cien por cien al Tour. Voy a ser más prudente en la aproximación a ese objetivo. El ciclismo está muy profesionalizado ahora, todo está medido al milímetro, y como te pases un poquito antes del Tour o llegues con algo de fatiga, luego lo puedes pagar. Quiero presentarme más fresco, y luego en carrera ya veré qué táctica asumo: si la de ir de cara directamente o la de jugar un plan B o plan C.
-¿La prudencia será en la preparación o también en competición? A usted se le identifica con un ciclismo de ataque.
-Sí, al final es la forma que tengo de correr y la forma que me gusta, pero evidentemente hay que hacerlo con cabeza. Estamos en un deporte profesional y lo importante son las victorias. Pero es verdad que en ciertos momentos, cuando la gente vea la victoria imposible, sinceramente yo no me voy a conformar con ser tercero. Voy a preferir primero que tercero. Siempre hay un riesgo en eso, pero al final lo que me motiva es intentar ganar.
-Le oímos mucho del gran ambiente que se respira en el Trek. ¿Qué importancia tiene el ambiente para conseguir los objetivos?
-Cuando tienes un equipo que te da tranquilidad y confía enteramente en ti, cuando ves que los compañeros están volcados y comprometidos en los objetivos, igual que tú, eso te da una seguridad y te ahorra muchísima energía.
-A propósito del ambiente, volvamos a su imagen con la copa de champán. Muchos hemos visto ahí un mensaje a su expatrón, Oleg Tinkov, que dijo que usted es “una persona triste que ni brinda con champán”.
-Para nada… Al final, yo me siento afortunado por ser una persona que borro rápido aquellas cosas que no me suman. El mensaje de ese brindis fue ni más ni menos que hasta el 1 de enero, por cuestiones contractuales, no podía llevar los colores de Trek-Segafredo y hasta esa fecha no podía presentarlo en sociedad. Y así lo hice.
-¿Han sido duros para usted los últimos meses del año, cuando comprobaba que Tinkov no paraba de insultarle? Porque más allá de la crítica, eran insultos (“pato mareado”, “corredor de mierda”…)
-Lo viví con total tranquilidad, de verdad. He pasado por mil experiencias durante mi carrera deportiva y he aprendido a diferenciar lo importante, de lo que no es importante, lo que suma y lo que resta. Sinceramente, no me ha influido para nada.
-Al menos sí le ha demostrado que bebe champán.
-Bueno… Era cava (risas).
-Contador siempre ha sido un ciclista de grandes retos, pero este año parece centrado sólo en uno, que no es menor: el Tour. ¿Otra vez la prudencia?
-Si llevara diez años ganando el Tour, no sería un reto. Pero como no es así, quizá el desafío de este año sí es esta carrera, evidentemente.
-¿Necesita demostrarse algo en el Tour de Francia?
-No. Es ni más ni menos porque estamos ante la carrera que es más rentable para el patrocinador y hay que plantearla al cien por cien. Al final es eso.
-¿No le ha tentado correr el Giro del Centenario?
-El Giro es una carrera que me gusta muchísimo, pero al final el sponsor me quiere en óptimas condiciones para el Tour. Y luego tenemos otro corredor, Bauke Mollema, que estuvo muy fuerte en el último Tour y que ha optado por disputar el Giro este año.
-Usted que intentó el doblete Giro-Tour hace dos años, ¿qué le diría a otros líderes que se lo están planteando como Nairo Quintana y Vincenzo Nibali?
-Les diría que sigo pensando que es posible. Es evidente que no tiene por qué salirte a la primera. Al final yo casi lo hice de rebote en 2011: tras vencer en el Giro, una caída primero y una pájara en el Galibier después me lo impidieron, pero estuve con opciones (se refiere a la temporada en la que luego fue descalificado). De mi último intento, en 2015, gané el Giro y luego no pude en el Tour. Quizá cambiaría la concentración que hice entre medias, apreté demasiado y no llegué a Francia cómo me hubiera gustado. Por edad, ya no me veo tanto y prefiero un calendario más clásico.
-El doblete Tour y Vuelta, en ese orden, todavía no lo ha hecho nadie. Le digo por aquello de los retos…
-Es una opción, pero ahora mismo hemos planificado hasta el Tour. Quiero plantear el año de esa manera y luego ya veremos el resto.
-¿Cómo jugarán esa doble baza Contador- Mollema en el Tour?
-Mollema es un corredor que a todo líder le gustaría tener a su lado. Es muy regular, siempre que quedan cuatro o cinco corredores, ahí sigue él. El año pasado fue el único que pudo coger a Froome y Porte en el Mont Ventoux. También hizo una gran crono. Luego se dejó tiempo en la caída, pero es un ciclista de garantías.
-¿Está claro el reparto de galones en el equipo?
-Él ha estado superdispuesto desde el principio. La verdad es que estoy contentísimo con el recibimiento que me ha hecho. Tiene un talento muy grande y una enorme experiencia. Por eso también estoy contento de que haga el Giro, creo que puede salirle muy bien. Allí en Italia, la responsabilidad será para Nibal y Aru. Mollema puede ir con más tranquilidad y lograr la victoria.
-¿Abandonó ya la idea de retirarse en un equipo propio?
-Si surge, bien. Si no, nada. No me quita tiempo ni me da quebraderos de cabeza. Creo que sería bueno para el ciclismo tener un equipo más, pero cada vez es más complicado encontrar sponsors. Quizá, para ser único patrocinador, como mínimo debería estar tres años. Nosotros seguimos abiertos.
-¿Ha vuelto a ponerle fecha a su retirada del ciclismo?
-Vamos a ir carrera a carrera, año a año. Lo más importante es disfrutar con lo que haces. Hasta la fecha me veo capacitado para ello. Ya veremos cuándo me retiro. Tiene que llegar en el momento justo. Quizá pilló por sorpresa cuando el año pasado anuncié en la Vuelta al País Vasco que decidía continuar. Le daba vueltas, porque los aficionados me pedían que siguiera. Es el deporte que me apasiona y disfruto con lo que hago. Igual que aquello lo decidí en un instante, esto puede ser igual.
-¿Por qué muchos tenemos la sensación de que Alberto Contador espera, en un símil taurino, ‘una última gran tarde en Las Ventas’ para luego decir: “ahí os quedáis”? Y quien dice Las Ventas, dice los Campos Elíseos.
-No sé… Ustedes sabrán por qué tienen ese pálpito. Yo lo que hago es disfrutar de cada carrera, de cada entrenamiento, de los piques que tenemos los fines de semana... Luego cuando voy a las carreras lo que intento es conseguir la victoria. A veces se puede y a veces no. Y no hace falta pensar solo en las grandes vueltas: por ejemplo, mi ataque en la última etapa de París-Niza, que se salió del guión… Eso le gusta a la gente. Y eso me motiva y me llena.