Rafa Nadal cae en cuartos de final ante el cañonero Raonic
El español se impuso en un gran primer set, pero acabó sucumbiendo ante el número tres del mundo (6-4, 3-6 y 4-6), que sacó partido a su servicio (24 aces).
Milos Raonic se presentaba en estos cuartos de final de Brisbane como el primer gran examen para Nadal en 2017. Para el español, el tremendo saque del canadiense nacido en Podgorica era una preocupación. “Tengo que estar muy concentrado al resto”, había recalcado en las horas previas. Y lo logró, pero sólo en un primer set donde Rafa pareció encontrar la forma de leer los misiles de su rival, que comúnmente viajaban por encima de los 220 km/h (alguno rozó los 240). Porque, a medida que el partido fue avanzando (se fue hasta las casi 2 horas y media), el balear pareció ir perdiendo la frescura a la vez que su rival ajustaba el punto de mira (acabó con 24 aces y 50 golpes ganadores) para terminar llevándose el partido (6-4, 3-6 y 4-6).
Desde el principio se vio que Raonic le iba a poner a prueba en cada servicio. El primer ace llegó pronto, en el primer juego y a 224 km/h, pero Rafa no se dejó intimidar. Magnífico al resto, materializó la rotura (y la única a su favor en el partido) en el quinto juego (3-2). Ese logro, junto a la solidez en su propio saque, hicieron que se apuntara la primera manga, que se alargó hasta los 51 minutos (casi lo que le costó a Rafa el partido entero ante Zverev). ¿Por qué? Pues porque el canadiense ya vendió caro ese primer parcial: hasta seis puntos de set necesitó el español (dos al resto y cuatro con su saque) para cerrar la manga (6-4).
Y es que Raonic, a pesar de ceder ese primer set, parecía estar más cómodo sobre la pista a medida que avanzaba el encuentro. Y dos grandes restos pusieron la base de su primer break del partido (¡y en qué momento!) que le colocaban 3-5 con servicio para igualar el partido. No falló. Tres aces consecutivos mandaban el partido a una tercera manga que Nadal encaraba en quizá su peor momento del partido.
Así se demostró cuando el de Manacor cedía su saque en el primer juego y se veía rápidamente 0-2 en contra. No se rindió, pero la losa era demasiado pesada. Si bien su servicio lo iba sacando adelante, las opciones al resto que tuvo en el primer set iban desapareciendo a medida que Raonic mostraba mayor efectividad. Si no era de saque directo, era con un golpe ganador que aprovechaba las forzadas devoluciones del español, que se despedía así de un torneo donde, a pesar de la eliminación, puede sacar conclusiones positivas (era su primer torneo oficial desde octubre en Shanghai). Sobre todo, de cara a la primera gran cita del año: Australia (desde el 16 de enero).