Costas y un regreso glorioso con otro título de Liga
El segundo ciclo del entrenador argentino a Santa Fe comenzó con angustia pero terminó con la novena estrella. El DT levantó el ánimo del equipo y recuperó su fútbol. Ídolo santafereño.
En su segundo periodo con Independiente Santa Fe, Gustavo Costas llegó en agosto a un equipo sin alma y sin fútbol luego de la salida de Alexis García. El técnico argentino no tuvo mucho tiempo antes de disputar su primera final, la Suruga Bank en Japón. Y la ganó.
Ante el Kashima Antlers, el mismo que venció a Atlético Nacional, Santa Fe sacó su garra y con un gol de Humberto Osorio Botello alzó su primer título del año. Sin embargo, al regresar, a Costas le costó encontrar el equipo y devolverle la mística.
La misma que en su primer ciclo con el equipo cardenal lo hizo clasificar a tres finales, la Liga Águila II - 2014, en la que fue campeón, la Superliga 2015, en la que fue campeón y la Copa Águila, que perdió precisamente ante el mismo rival de hoy, el Deportes Tolima.
Pero llegó el partido ante el Deportivo Pasto, que el mismo Costas calificó como el punto de quiebre. Después de este sus dirigidos entendieron la magnitud de su responsabilidad y se dieron cuenta que podían apuntarle a la final de la Liga Águila, aunque no fuera fácil.
Costas usó la eliminación de la Copa Sudamericana y la derrota ante Atlético Nacional en la Copa Águila para revitalizar a sus jugadores. De las cenizas pudo levantarlos y conseguir algo que muy pocos creían, que Santa Fe sería finalista y campeón de la Liga Águila II - 2016, "el equipo entendió el mensaje, cómo pararnos tácticamente y cómo teníamos que jugar los partidos", explicó.
Pero lo logró. Fue su sexta final con el equipo rojo y ya ha sido campeón en cuatro ocasiones, con la victoria ante el Tolima completó un invicto de 15 jornadas con el equipo bogotano y se convirtió en el segundo técnico en sacar campeón en dos ocasiones al equipo rojo en el torneo local junto a Julio Tocker.
Además, aumentó el cariño que los hinchas por él, el mismo que le mostraron cuando regresó, pues confiaban en lo que podía hacer por el equipo. No los defraudó y hoy se graduó de ídolo una vez más.