REAL MADRID | YOICHI TAKAHASHI
“Cristiano Ronaldo, como Messi, superó la ficción de Oliver Atom”
Yoichi Takahashi no suele conceder entrevistas. Por eso nos sorprende, al llegar a la dirección donde nos cita, que en realidad es su casa.
¿Qué significa el manga para usted?
Desde hace mucho tiempo es mi profesión, pero cuando era muy joven siempre soñé con ser un gran dibujante. Me sucedió como a muchas estrellas del fútbol, terminé cumpliéndolo.
¿Por qué hay tanta tradición del dibujo en Japón y qué lugar ocupa en la cultura del país?
Hay mucha cultura de manga. En la época del EDO (el cierre de las fronteras al exterior), hace 300 años, ya había dibujos importantes de Ukiyoe. La gente siempre se explicó pintando. En una época más reciente,en la posguerra, desde que apareció el señor Tezuka, el manga ha estado presente, muy de moda, en el país. Es una base en su cultura. Si sale a la calle verá que está rodeado de dibujos en cada fachada, en cada cartel, en cada esquina. El dibujo está dentro de nuestras vidas.
¿Ha explorado en el cómic de fuera de Japón?
Cuando salgo intento acercarme a los dibujos de los extranjeros. Algunos americanos me han gustado, pero siento que el manga de Japón es el número uno. Hay más detalles, más pensamientos expresados.
¿Cuántas horas dibuja al día?
Cuando entro en el proceso de crear estoy las 24 horas. Desde que me levanto hasta que me acuesto.
¿Cómo se le ocurrió crear Capitán Tsubasa (‘Oliver y Benji en España)?
Con 18 años vi el Mundial de Argentina. Me fascinó, me apasionó el fútbol que se jugaba allí. En Japón era algo desconocido. Quería que se pusiera de moda y empecé a dibujar sobre eso…
¿Le costó trabajo que le compraran la idea en la editorial?
Tardé dos o tres años en que el proyecto fuera adelante. Era, además, mi primer trabajo.
¿Cómo se siente por ser responsable del desarrollo del fútbol en el país?
Cuando la publicación salió en 1981 no había ni siquiera liga profesional. Es un honor poder haber contribuido a la difusión de este deporte. Ahora hay una Liga fuerte y la selección va al Mundial.
¿Qué le atrajo tanto del fútbol?
La libertad. Cuando yo era pequeño jugaba al béisbol. Y cuando lo hacía sentía mucha presión del entrenador, por sus indicaciones. No se hacía nada que él no dijera. En el fútbol, aunque hay un técnico, cuando el jugador está en el campo es él quien elige por dónde va el juego. Tiene que tomar decisiones. Es muy parecido a mi profesión. Un jugador es un poco un artista, pone su vida en el campo. Esta es mi filosofía. Los dibujantes buscamos la libertad en el papel, y los futbolistas, en el campo.
¿Qué jugador le fascinó primero?
Kempes, en aquel Mundial. Y luego Maradona, al que llegué a ver jugar en directo. Me transmitía algo importante, distinto. Siempre hacía lo contrario a lo que parecía que iba a pasar. Siempre sorprendía, y siempre acertaba. Fue él quien más me inspiró para crear la historia y existió realmente en ella en el personaje de Juan Díaz.
¿Cómo eligió por dónde iba transportando la aventura?
Pues ahora mismo, por ejemplo, está en España. Están a punto de jugar la final de unos Juegos Olímpicos que se celebran en Madrid. El fútbol es un deporte internacional. Si un jugador japonés quiere ser el número uno del mundo, debe salir de Japón.
¿Ve mucho fútbol?
-Bastante… En el campo y en televisión.
-¿Dónde se juega mejor a su juicio?
-En LaLiga (risas).
-¿Cómo vivió los éxitos de la Selección española?
-Siempre tuve mucho interés en su juego porque los españoles, con respecto a los europeos, no son tan fuertes ni tan altos. Les sucede un poco como a los japoneses. La Roja (sic) venció a los equipos grandes con su tiki-taka. Soy amante de ese fútbol y me encantaría que Japón pudiera ganar alguna vez un Mundial jugando así.
-Una duda: ¿cuánto mide el campo en la serie? Parece interminable…
-(Risas). No es el primero que me lo pregunta. Como dibujante me interesaba transportar la sensación del jugador. Cuando expreso su mente, su pensamiento, se alarga el campo, cuya dimensión deja de ser lo importante. Elegí ese camino porque me interesa más el drama que la realidad. Si la gente ve un partido en televisión, puede imaginar qué es lo que puede pasarle por la cabeza al jugador, pero nunca sabrá cómo se siente. Yo puedo dibujar ese pensamiento. Eso es lo que quería exportar.
-¿Quién sería Oliver Atom ahora en la vida real?
-Messi.
-¿Es usted del Barcelona?
-Sí, sí…
-¿Cuáles son los primeros recuerdos que tiene del Barça?
-El primer partido suyo que vi en directo fue un Clásico. Era la época en que Figo se acababa de ir al Madrid.
¿Cuánto tienen de personaje de ficción Messi y Cristiano?
(Risas). En Capitán Tsubasa también hay una rivalidad entre Oliver Atom y Mark Lenders. Son los dos mejores atacantes, como Messi y Cristiano. Cuando hay esa rivalidad tan alta es beneficioso para los dos. Messi sería Oliver y Cristiano, Mark Lenders.
¿Qué le gusta de Messi?
Es pequeño, pero nunca pierde el balón, juega, da pases increíbles, golea… Marca la diferencia. A los japoneses nos gusta ese tipo de jugador, uno pequeño que marca la diferencia.
¿Y de Cristiano?
Su mentalidad ganadora. Es muy fuerte de mente.
He leído que es usted muy fan de Iniesta.
Me gusta porque también él es muy importante para Messi. Yo diría que Oliver Atom es, en realidad, una mezcla entre Messi e Iniesta.
¿Le inspira algún jugador del Madrid?
Ahora mismo Sergio Ramos. Me gusta ese carácter de heroicidad que imprime a sus acciones. No es sólo un central. Cuando el equipo le necesita está ahí.
Pensaba yo que sería Modric...
Sí, sí, también… Me gustó mucho en el último Clásico.
¿Han aparecido Cristiano o Messi en algún capítulo?
De momento, no.
¿Saldrán?
No creo… En el caso de ellos dos, la realidad ha superado lo que pudieran hacer en la ficción. No podría escribir sobre eso.
Me han dicho que tiene un equipo…
Sí, he llevado a la realidad el Nankatsu SC, el equipo de Oliver Atom que es en realidad el del barrio en el que nací. Cuando viajaba fuera siempre tenía envidia sana. Cualquier pueblo o ciudad pequeña tiene su propio equipo de fútbol. Y eso en Japón no existía. No existía esa estructura. Por eso monté el equipo. Mi sueño es que llegue a jugar en la Primera división japonesa algún día y que este barrio tenga un gran estadio al que la gente pueda ir, al lado de un museo de Oliver y Benji.
¿Es más difícil gestionar un club de fútbol que dibujar?
(Risas). Muchísimo más difícil.